Por Itziar Larequi, Francisco J. García, Victor Romero, Lara E. González – enfermeros/as de familia CS José Mª Llanos
Para los miles de estudiantes madrileños que se han visto sumergidos en la educación digital este curso, su salón no ofrece zona de juegos ni canchas de fútbol para el recreo. Sus jornadas terminan sin deportes ni actividades extraescolares en la mayoría de los casos. Lo que sí tienen, a medida que la pandemia de coronavirus fuerza un cambio hacia la enseñanza virtual, es un mayor tiempo de pantallas y un acceso sin restricciones a sus despensas, a lo que se suma el estrés de la situación que se está viviendo. Se trata de una combinación de fuerzas que puede ocasionar otra crisis de salud pública: una epidemia global de sobrepeso y obesidad infantil.
España tiene una de las tasas más alta de sobrepeso y obesidad de Europa. El estudio más reciente en la población pediátrica española (Aladino), utilizando los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), concluye que casi la mitad de esta población está por encima de su peso saludable.
La obesidad en edad pediátrica causa problemas que repercutirán en el crecimiento, en el desarrollo y en la salud futura. Entre ellos, se encuentran el aumento de la tensión arterial, la diabetes, el colesterol y las enfermedades cardiovasculares. Cuando se trata de factores de riesgo que pueden agravar los síntomas de la Covid-19, los pacientes obesos, incluso los jóvenes, tienen muchas más probabilidades de experimentar complicaciones graves de la enfermedad.
La receta perfecta para prevenir la obesidad infantil
La Asociación Española de Pediatría (AEPED) establece una serie de recomendaciones para acabar con la obesidad infantil. Éstas se vuelven claves en la situación generada por la pandemia. Las desarrollamos a continuación:
— Dieta variada, saludable, en cantidades adecuadas para la edad y la actividad física del menor.
— No picar entre horas.
— Beber solo agua. Se debe evitar la ingesta de bebidas azucaradas, incluidos los zumos envasados (aunque sean naturales, es preferible que tomen la fruta entera) y las bebidas energéticas.
— Evitar la bollería, el chocolate, las galletas, los cereales infantiles, la mayoría de ellos contienen un exceso de grasas y de azúcares añadidos.
— En general, la comida preparada y envasada como las pizzas, canelones, croquetas o sopas instantáneas, tampoco está recomendada por su exceso de sal, grasas y conservantes.
Si a estos consejos le añadimos la actividad física, estaremos atacando la obesidad infantil desde todos los frentes. Este punto es esencial, sobre todo en esta época de confinamiento que se está viviendo. En general, la recomendación es que realicen actividad física diaria, lo más enérgica posible, divertida y de unos 60 minutos o más por día.
No olvides que, si tienes cualquier duda, tu enfermera de Atención Primaria puede ofrecerte ayuda a través de programas de control de peso, estrategias para disminuir el consumo de calorías y aumentar la actividad física.