
Por José Luis García Heras
“Se ha inaugurado el tranvía de Madrid á Vallecas, que se abrirá probablemente á la explotación el lunes inmediato.” (‘El Globo’, 20-11-1879). “Ya en 1878 había un tranvía no regular desde Pacífico a los merenderos situados a izquierda y derecha del puente de Vallecas, en el arroyo Abroñigal. Los tranvías de Madrid sólo llegaban al barrio de Pacífico, para llegar a Vallecas había que seguir andando.” (‘La Maquinilla’, Martín Morales).
El tranvía de vapor inaugurado en 1879 iría desde el kilómetro 3 de la carretera de Valencia hasta Arganda. En un principio sólo se construyeron seis kilómetros, hasta Vallecas. El tranvía, conocido popularmente como ‘la maquinilla o el ferrocarril yesero’, cruzaba el Abroñigal por un puente, seguía unos metros por la Carretera de Valencia, ya en el Puente de Vallecas, y giraba a la derecha en la calle de Josefina de la Presilla, para tomar Martínez de la Riva.
En julio de 1888 se inaugura el trayecto comprendido entre Madrid y las canteras de Vallecas. Tras cruzar el Camino de las Palomeras, el ferrocarril de Madrid a Vallecas continuaba hacia el Camino de los Yeseros, hasta la Vereda del Atracón y continuaba paralelo a la vía del ferrocarril de Madrid a Zaragoza, hasta llegar al pueblo de Vallecas.
Desde allí continuaba, ya como ‘Ferrocarril de Vallecas a las Canteras’, recorriendo la distancia de unos 5 kilómetros. que separaba el pueblo de las Canteras de Yeso La Invencible.
En una crónica de ‘El Liberal’, publicada en febrero de 1900, se relata una “rapidísima excursión” en el tranvía de vapor que une Pacífico con el pueblo de Vallecas, en la que, además de proporcionar el número de habitantes de Vallecas en 1900: “más de 9.000”, cuenta el caótico horario de salidas y llegadas –según la “caprichosa voluntad del cobrador”–; la ausencia de estaciones que sirvan “para albergue á los viajeros, en caso de mal tiempo”; la “anarquía” de las tarifas; el estado de la vía, “á ocho centímetros sobre el nivel ordinario” y “sin guardabarreras”; y otras observaciones de interés.
Y, según Carles Martínez (‘Madridiario’, 19-6-2018), “La ruta, confluida por yeso y pasajeros hasta 1923, tardaba unos 35 minutos en realizar el recorrido y tenía una frecuencia de un tren cada hora y media. Sin embargo, con la llegada del metro al barrio, el vecindario vio como un enemigo del tráfico al servicio que ofrecía el tren de vapor, el cual pasó a ser visto como un incordio que provocó el enfado de los vecinos”.
La Maquinilla atravesaba calles estrechas, huertas y zonas de escuelas, lo que era un peligro potencial para los viandantes y el urbanismo, como cuenta ‘La Época’, debido a que “a causa de las chispas numerosas que, por tratarse de material antiguo, se desprendían de la máquina”.
En 1931 la Maquinilla deja de existir. El día 29 de junio de ese año más de un centenar de vecinos levantan las vías por las que circulaba. “A las dos y cuarto de la madrugada un grupo de unos 15 vecinos empezaron a levantar en el sitio conocido como la casa del cura, en la curva de la calle de la Presilla, la vía férrea de la Maquinilla que hace el servicio entre Vallecas y el Pacífico. Al grupo se sumaron pronto cerca de un centenar a los que sucedieron otros que prosiguieron levantando la vía.” (‘La Época’, 29-6-1931).