Por Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz de Cañada Real Galiana
El mes de abril ha sido un mes importante para la Cañada Real, porque ha quedado más claro que nunca que su lucha es la lucha de todos y que la Cañada no se rinde.
Los habitantes del sector 6 llevan más de un año y medio sin suministro eléctrico y los del sector 5 llevan todo ese tiempo sin poder tener un suministro eléctrico que cubra sus necesidades básicas. Una situación que, como demostró el perito independiente que había nombrado el juzgado de instrucción número 42 de Madrid para analizar la instalación eléctrica de los sectores 5 y 6, es consecuencia directa de la instalación que hizo Naturgy, con la connivencia de la Comunidad de Madrid, de unos reconectadores en la línea de alta tensión.
Las vecinas y vecinos vallecanos de la Cañada Real llevan más de año y medio sufriendo lo indecible, día a día, con pandemia, temporal Filomena, dos duros inviernos, dos cursos escolares… Una situación que el propio Gobierno de España reconoció hace más de cinco meses, en su Real Decreto 1058/2021, de 30 de noviembre, que suponía la vulneración de los derechos más esenciales de los más de 1.800 niños y niñas que viven en esos sectores: su derecho a la salud, a una vivienda adecuada, a la alimentación, a la educación, “en definitiva, (concluía el Gobierno) al disfrute de una vida en condiciones de dignidad”.
Nadie que conozca la realidad de la Cañada Real puede dejar de manifestar su solidaridad con las justas reivindicaciones de sus habitantes. Periodistas españoles y extranjeros, que han ido a conocerla de primera mano y han hablado con los vecinos y vecinas, explican en sus crónicas la grave e injustificada vulneración de derechos que padecen y se hacen eco de sus reivindicaciones. Estudiantes de diferentes universidades se han aproximado a la Cañada y están trabajando en distintos proyectos para ayudar a conocer su realidad y poner fin a la violación de sus derechos.
Nunca en la historia de nuestra democracia una población tan vulnerable ha sufrido un acoso tan grave y persistente, pero los habitantes de la Cañada siguen resistiendo, siguen exigiendo pacíficamente que se les respete su igual dignidad como seres humanos, que se les garanticen sus derechos.
Es cierto que en todo este tiempo ha habido muchos momentos de dolor, desesperanza y fatiga, pero el explícito apoyo de las Naciones Unidas, del Defensor del Pueblo, de las principales organizaciones de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional o Save the Children, han permitido que los habitantes de la Cañada Real, sobre todo sus mujeres, hayan conseguido mantener siempre viva la llama de la esperanza.
El 18 de marzo, los habitantes de los sectores 2, 3 y 4 se quedaron también sin electricidad, pudiéndola recuperar a finales de abril sólo gracias a la autoorganización vecinal, que ha conseguido reestablecer el enganche eléctrico. El golpe ha sido muy duro, pero también ha servido para comprender mejor que nunca que su situación es, en realidad, tan precaria como la de los otros sectores tan castigados de la Cañada. Que cuando se vulneran los derechos de un grupo, sólo es cuestión de tiempo que ese ataque a los derechos nos termine llegando a nosotros. Por ello, la respuesta vecinal también ha sido contundente: unirse para tener más fuerza en la justa reclamación que se lleva gritando desde hace año y medio: el restablecimiento inmediato de la luz, la posibilidad de realizar contratos que permitan pagar por el servicio eléctrico y la constitución de una mesa de seguimiento para garantizar la protección de los derechos.
Manifestación multitudinaria
El domingo 24 de abril se produjo la manifestación más multitudinaria hasta la fecha bajo el lema ‘Luz, contratos y mesa de seguimiento’. Dos marchas simultáneas recorrieron la Cañada, una saliendo del sector 3 y otra del sector 6, atravesaron los sectores 4 y 5 hasta confluir en la avenida Víctimas del Terrorismo de Rivas-Vaciamadrid. Las marchas fueron convocadas por las asociaciones vecinales de la Cañada y la Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz y en las mismas participaron alrededor de 1.000 personas, familias enteras, vecinos y vecinas de toda la Cañada y también de otras muchas zonas de Madrid. Ciudadanos de todas las edades y condiciones que demostraron muy claramente que no se rinden, sino que, por el contrario, su determinación por luchar por sus derechos es más fuerte que nunca. Las marchas, pacíficas y reivindicativas, tras tantos meses de sufrimiento, fueron una lección de dignidad para toda la sociedad madrileña.
Los vecinos y vecinas de Vallecas tienen una larguísima historia de haber sufrido discriminación, así como de haber luchado infatigablemente por sus derechos. Ahora son sus convecinas y convecinos de la Cañada Real los que están sufriendo esos ataques de manera más directa y no podemos dejarles solos. Sus derechos son los de todos y su lucha es la de todos. Como siempre ha sido, la lucha por los derechos tampoco va a ser fácil en este caso. Hay muchos intereses en juego.
También en el mes de abril se han seguido produciendo nuevos ataques a los derechos en Cañada. Pero es el momento de demostrar que el compromiso de la ciudadanía por los derechos humanos es inquebrantable. Las marchas del 24 de abril han de convertirse en el impulso definitivo para que toda la ciudadanía de Cañada, de Vallecas, de Madrid y de España exija a Naturgy y los poderes públicos que se restituya ya la protección de los derechos humanos en la Cañada Real, que se les garantice de forma inmediata el suministro eléctrico y la posibilidad de realizar contratos de suministro individuales. Cada ciudadano ha de tomar parte activa en esa reclamación. La defensa de sus derechos humanos es justa en sí misma y no deja de ser también la defensa de los derechos humanos de toda la ciudadanía.