Por Luis Carlos Ríos
La Avenida de la Albufera estaba desierta en la tarde del 25 de junio. Se podía caminar por el centro de la calle desde Puente de Vallecas hasta Buenos Aires. La arteria comercial más importante del barrio se vació de coches para acoger a una multitud colorida, al igual que todos los meses de julio. El Orgullo Vallekano se hizo a los caminos una vez más para reclamar e incordiar, pero también para celebrar. Su canto subversivo fue también uno de alegría y resistencia.
Sobre las cabezas de las personas ondearon multitud de banderas variopintas. Podría perfectamente tratarse de una fiesta. Pero no fue solo eso. Un 55% de jóvenes LGBTI+ sufre acoso escolar. Las agresiones homófobas van al alza y encuentran eco político en la extrema derecha. Elles cantaron y gritaron por los que se fueron y por el goce de seguir con vida. No es una fiesta cualquiera. Está erizada con miles de garras que salieron a defender Vallecas frente a lo que consideran una amenaza creciente. Sobre este y otros asuntos, los organizadores respondieron a algunas preguntas de Vallecas VA.
P: ¿Qué hace al Orgullo VK 2022 diferente al de otros años?
R: Este año hemos intentado visibilizar todas las realidades y las violencias que nos atraviesan y ponerlas de manifiesto (…) Además, nos hemos esforzado por hacer nuestro discurso accesible a todo el mundo, intentando adaptar el manifiesto a las directrices de lectura fácil, alejándonos de academicismos y reforzando el mensaje con carteles. La idea es que el mensaje no llegue solo a unes poques privilegiades, sino que sea accesible y cercano al barrio y a su realidad.
P: ¿Cómo se moviliza y consigue semejante interseccionalidad con el movimiento de vivienda, el vecinal, el de las trabajadoras del hogar y los cuidados…?
R: Orgullo Vallekano se reúne en la Villana de Vallekas, que es un espacio en donde confluyen muchos colectivos del barrio como la PAH Vallekas, la Despensa Solidaria Autogestionada, la Escuelita o Radio Vallekas… Este espacio nos brinda la posibilidad de generar redes constantemente y cooperar en distintas iniciativas y actividades (…). Creemos además que es muy importante y tratamos de fomentar esos acercamientos también con muchos otros colectivos que no son del barrio. Son muchas las violencias que nos atraviesan y, gracias a este apoyo mutuo, tratamos de conseguir abordarlas todas.
P: ¿Por qué consideran necesario al Orgullo VK? ¿Ven un riesgo de retroceso en los derechos obtenidos?
R: Actualmente se están poniendo en duda debido a los discursos violentos y simplistas de la ultraderecha muchas de las cuestiones que parecían ya superadas. Este discurso violento cala en la sociedad y la confronta en cuestiones muy reduccionistas, generando bandos absurdos. Creemos que es fundamental seguir visibilizándonos, generando un espacio seguro y de aprendizaje mutuo y hacer barrio. Necesitamos escuelas públicas que muestren la diversidad y el respeto a la diferencia. No educar en la diversidad sexoafectiva ocultando la variedad de realidades es adoctrinar en un sistema binarista (hombre/mujer) y heterocentrista (pensar que todo el mundo es heterosexual por definición).
Este año hemos visto un gran debate sobre poner o no banderas arcoíris en las juntas municipales y se han retirado los bancos LGTBIAQ+ que teníamos en el distrito y se impide su reposición. (…) Y cuando hay iniciativas legislativas, como en el caso de la ley trans y LGTBI, se paralizan y eternizan en procesos parlamentarios para acabar siendo fragmentadas.
P: En su manifiesto afirman que no son abolicionistas y que el trabajo sexual es un trabajo más. ¿Cómo se propone evitar la cosificación y la opresión a las personas que lo ejercen por parte de los consumidores de prostitución, en su inmensa mayoría hombres cis heterosexuales? ¿Cómo se valora la postura de una gran parte del movimiento feminista que sí es abolicionista y considera fracasos reguladores los de países como Suiza u Holanda?
R: ¿Y no cosificamos a camareros o limpiadoras del hogar? El trabajo sexual, como cualquier otro trabajo, tiene sus dificultades o problemáticas específicas, pero en este caso, se ejerce desde el empoderamiento y la decisión de les trabajadores sexuales, por lo que la cosificación se evita desde ahí: desde sus redes de cuidados y organización, desde su libertad para decidir realizar tal o cual servicio, elegir a quién prestar servicio o pararlo si fuera necesario.
El prohibicionismo (el término abolicionismo no es aleatorio, tiene una carga específica ya que supuso el fin de la esclavitud de personas racializadas ejercida por el hombre blanco, pero les trabajadores sexuales no son esclaves) dentro de algunos movimientos feministas solo evidencia el deseo de mantener el statu quo. Esos grupos están formados principalmente por mujeres cis, blancas y de clase media o alta que no hacen trabajo sexual. Sin embargo, predican sobre la prostitución, que atraviesa principalmente a personas racializadas, migrantes, trans, o pobres. Es por eso que no conocen de primera mano las consecuencias de las legislaciones que tratan de imponer, y por lo que la legislación respecto a prostitución debería hacerse desde los feminismos de las personas que si viven esas realidades. En el caso del trabajo sexual, también intersectan otras cuestiones como la moralidad en torno al sexo, el hecho de que es una salida laboral para muchas mujeres trans y migrantes… Aspectos borrados conscientemente porque lo que interesa es mantener una idea de «feminismo puro» más próximo a la moral religiosa cristiana que a la realidad de la calle simplemente para que resulte más digerible y admisible.
Uno de los mayores problemas de las legislaciones prohibicionistas es que la prostitución no desaparece, sino que se mueve a espacios más clandestinos, donde las prácticas abusivas y explotadoras son más frecuentes y difíciles de evitar.
De todas formas, respecto a la cuestión de los modelos de Suiza u Holanda, hay aspectos a mejorar como en cualquier otro trabajo o modelo laboral (podríamos preguntarnos por las medidas de seguridad y riesgos laborales en trabajos como la construcción o el transporte, o las adaptaciones en puestos laborales, o los subsidios por incapacidad temporal o desempleo…). El principal problema aquí es que se atiende parcialmente a las necesidades y demandas de les trabajadores sexuales, ya que no se les permite totalmente tomar decisiones e intervenir a través de sus sindicatos y redes paralelas.
P: ¿Consideran que hay un esfuerzo institucional suficiente para evitar que los menores sigan sufriendo cifras tan alarmantes de malos tratos y discriminación?
R: Los dos ámbitos institucionales fundamentales desde donde se atajan este tipo de situaciones son la educación y la sanidad. Desde hace tiempo, y últimamente de manera mucho más agresiva y evidente, vemos cómo los recursos no son suficientes, los servicios prestados son precarios, no se adecúan a las situaciones y las necesidades de la población y se ataca al sistema público en beneficio de la empresa privada. Entonces, el esfuerzo institucional resulta insuficiente cómo mínimo y va en dirección contraria, mostrando que sus intereses no son los de la gente del barrio que aguanta largas listas de espera para poder ser atendida en el centro de salud, en servicios de especialidades o de salud mental. Y con esto nos referimos a las altas esferas que gestionan recursos (…) No a educadores, profesores, médiques, sanitaries, personal de administración y servicios que son quiénes dan la cara e intentan hacerlo lo mejor posible dentro de sus posibilidades.
P: El movimiento LGBTI+ vallecano hace gala de formas muy subversivas y provocadoras. ¿Estamos frente a una nueva revolución sexual?
R: Nos gustaría ser realmente provocadores y poder mostrar en Vallekas mucha más libertad de la que podemos. Por ahora vamos paso a paso. En estos años hemos notado cómo se ha normalizado nuestra presencia y se han perdido algunos miedos. Recordemos en 2017, el año de la cabalgata de reyes, con la Prohibida, Dnoe (Lamiss) y Roma Calderón, lo que se dijo de nosotres, incluidas amenazas de muerte. Una parte muy importante de nuestro activismo es la pedagogía y queremos ayudar a ampliar las miradas vallekanas para ser más libres todes. Nosotres también aprendemos cada día. Afortunadamente las generaciones más jóvenes han crecido con algunas conquistas logradas lo que les ha permitido sumar luchas sobre esa base, añadiendo conceptos y modos de entender la sexualidad y el propio cuerpo que son la verdadera «revolución sexual».
P: ¿Qué les dirían a los líderes de la OTAN que se han paseado recientemente por Madrid?
R: Que los altísimos presupuestos que destinan los Estados a la OTAN más valdría invertirlos en educación o sanidad, tanto el gasto que supone el despliegue policial durante la cumbre en Madrid como el del resto del año. Gasto que se destina a operaciones militares, a mayor control de fronteras y a armar a los cuerpos de «seguridad», con la finalidad de intensificar la represión. Que decimos “no” a su falsa cooperación, a la exportación de armas, a las políticas migratorias que solo generan violencia, vulneración de derechos y muerte.