Por Olivia Anders
‘El latido de las mariposas’ es un proyecto que busca impulsar un cambio en la sociedad para que cesen de escucharse sucesos de violencia de género como algo normal. Dada la gravedad del problema de la violencia machista, se puede pensar que no hacer nada también te convierte en responsable. Todo empezó un 25 de septiembre de 2018, cuando Isabel Gallardo vio la noticia de un suceso de violencia de género, que narraba la historia de dos niñas que tenían toda una vida por delante y que dejaron de latir. Nerea y Martina, con tan solo 6 y 2 años, hijas de Itziar Prats, fueron asesinadas por su padre que posteriormente se suicidó. Así se conocieron, por un hecho trágico que se ha transformado en un proyecto educativo y social con el que están llegando a muchas personas y cuya seña de identidad es una mariposa violeta.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer y recuerda el asesinato en 1960 en la República Dominicana de las hermanas Mirabal, el considerado primer caso de violencia de género, también conocidas como “Las Mariposas”, de ahí la simbología del nombre de este proyecto. La web Latidomariposas.com ofrece toda la información sobre la mencionada iniciativa.
Vallecas VA ha hablado con Itziar Prats sobre la vinculación que han tenido los distritos vallecanos con este proyecto.
P: ¿Qué vínculo tiene Vallecas con el movimiento ‘El latido de las mariposas’?
R: El vínculo de Vallecas al proyecto nació de la implicación en el tejido de mariposas de la Asociación de Vecinos del Puente de Vallecas en marzo de 2020. Me acerqué al Bulevar para acompañar al vecindario en el tejido y así comenzó la unión entre ambos a través de su dinamizadora vecinal. Después, las mariposas volaron hasta la Librería La Verde con Yolanda, donde acompañan a los libros y así es como se va difundiendo el proyecto de boca en boca.
P: ¿Cuáles son los objetivos de este proyecto?
R: ‘El latido de las mariposas’ tiene como fin principal lograr un cambio de actitud en la sociedad a través de la sensibilización y prevención de la violencia de género en distintos ámbitos. Empezamos por el educativo, abarcando todas las etapas desde infantil hasta enseñanzas de adultos, y continuamos por lo social a través del tejido. Hemos elaborado mariposas con el Espacio de Igualdad Elena Arnedo, entre otros.
P: Las hemos visto en Vallecas, pero son muchos los lugares, entidades y espacios donde encontrarlas… ¿Hasta dónde llegan estas mariposas?
R: La verdad es que nosotras mismas estamos sorprendidas porque han dado la vuelta al mundo. Vuelan en México, Argentina, Europa, etc… incluso han llegado a Corea del Sur. Cada día nos sorprende una nueva iniciativa. Pero, en especial, me gustaría destacar que el proyecto ha llegado a Minou Tavarez, hija de Minerva Mirabal, en la República Dominicana, volviendo así a su origen.
P: En materia de violencia de género se están dando grandes avances, pero ¿qué destacarías como lo fundamental para ver el cambio real?
R: Para mí lo fundamental es que se cumplan las leyes que tenemos, ya que en muchos casos la interpretación de los jueces hace que las víctimas vuelvan a serlo, revictimizándolas. No creen sus testimonios ni los de sus hijos, dando más peso a la figura del “padre” que a la agresión hacia su hijo o hija o hacia la mujer. Para mí es lo más preocupante, que el sistema defienda al agresor y no a la víctima.