Un duro golpe para el narcotráfico en el llamado supermercado de la droga en la Cañada Real. El clan de Los Gordos, conocidos así por el grueso volumen de droga que venden, ha sido desmantelado por la Policía, quienes se sorprendieron al encontrar prácticamente una pequeña fortaleza construida en medio de las chabolas, en la que se vendía y consumía la droga.
La parcela que intervinieron las fuerzas del orden a finales de enero, que por afuera daba la apariencia de una construcción rústica, estaba protegida nada menos que por puertas y ventanas blindadas, que para mayor seguridad contaban con enormes cerrojos y barras colocadas como contrafuerte. Pero las medidas con las que se protegían los narcos eran aun mayores. Dentro de la vivienda tenían un pequeño búnker que sólo era abierto una vez que los delincuentes comprobaban que no se trataba de las fuerzas del orden.
En cuanto al «personal» a su servicio, el clan contaba con un número indeterminado de drogodependientes, quienes cumplían diversas tareas, como la vigilancia de la casa y sus alrededores, retirada de basura, entre otras, a cambio de una pequeña dosis de heroína, un bocata y un maloliente colchón tirado en cualquier rincón de la casa. En el momento que la Policía irrumpió en el lugar, encontraron 45 personas en la zona llamada «fumadero», que era utilizada para consumir la droga o para esperar el turno de compra. Además, en diversos ambientes del lugar, había varias estufas encendidas, algo muy usado por los narcotraficantes para quemar las evidencias de su ilícito negocio.
El operativo policial logró detener a 20 personas de las que ocho forman parte del clan familiar. En el momento del registro sólo lograron decomisar 500 euros, armas blancas y herramientas para el empaquetado de la droga. Al parecer, las tres mujeres que estaban encargadas de la venta de los estupefacientes (principalmente heroína y cocaína), pudieron quemar las evidencias, ayudadas por el tiempo que le tomó a la policía derribar las puertas blindadas.
La investigación policial para este operativo se inició en octubre del año pasado a raíz de las gestiones realizadas por el Grupo de Policía Judicial de Villa de Vallecas en torno a los puntos de venta de estupefacientes más importantes de la zona. Su trabajo de vigilancia y seguimiento los llevó hasta el lugar intervenido que tuvo que ser derribado por el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) de la Policía, para poder entrar.