ISABEL BELDAD / FUNDACIÓN VOCES
Una zona tan injustamente asociada a la delincuencia también necesita de espacios para la cultura y el disfrute de los vecinos y vecinas. Necesita, además, acercar a la gente que vive fuera de la Cañada a conocerla de una manera diferente a la que los medios se han empeñado en difundir, alejada de estigmas de delincuencia e imágenes preconcebidas.
Esas son algunas de las vocaciones de un festival tan bello como 16 Kilómetros: Festival Internacional de Cine de Cañada Real, que este año ha celebrado su tercera edición con una oferta cinematográfica de más de 50 películas y cortometrajes. Diez de estos talleres, realizados por los propios niños y niñas de Cañada en el marco de los talleres que imparte la Fundación Voces durante el año. En esta edición, los temas de las películas han tratado sobre la comunidad gitana y la igualdad de género.
Además de películas hubo espacio también para la música, con conciertos de todos los géneros: rock, flamenco, hip-hop, clásica, etc. Y de espectáculos de danza, humor o danza que se han desarrollado en los once escenarios del festival, pues además de los situados en la Cañada, el festival también contaba con programación dentro de la Cineteca de Madrid. Por si fuera poco, se realizaron actividades formativas sobre distintas disciplinas artísticas como la creación musical, el dibujo, o el canto. Y otros talleres para obtener o ampliar conocimientos sobre temas como la igualdad de género o la alimentación sana. Durante esos diez días repletos de actividades culturales también tuvo lugar un para paseo llamado ‘Microcultura: Paseo Cultural por la Cañada’ y otras actividades vinculadas con la cultura gitana como la Fiesta Flamenca y un concierto de cante y baile gitano.
En esta edición, el festival ha tenido más afluencia que nunca, ha contado con más de 4.400 asistentes, de los cuales casi el 50% llega de otras zonas de Madrid, que iban a Cañada atraídos no solo por el cartel, también para conocer de primera mano una zona de la que se habla siempre con cierto desatino. Así, muchos de sus visitantes expresan sorpresa al llegar a Cañada Real y ver que no es como se lo pintaron, sino que se parece bastante a su propio barrio o su pueblo. Y eso es Cañada Real, un barrio más de Madrid, con una serie de particularidades sociales y habitacionales que hacen que parte de su población se encuentre en una situación de vulnerabilidad que requiere atención y apoyo tanto ciudadano como institucional.
El festival ha sido impulsado por los vecinos y vecinas de la Cañada, principales protagonistas del festival y también por la Fundación VOCES. También por organizaciones como Cruz Roja, El Fanal, Secretariado Gitano y ACCEM; todas ellas organizaciones que suelen trabajar en la zona. También gracias al esfuerzo de voluntarios y voluntarias y la financiación y el apoyo-técnico del Ayuntamiento de Madrid.
El 16 septiembre terminó su programación, pero solo se despidió hasta el año que viene, que volverá con nuevas ideas, propuestas culturales y entretenimiento para todos los vecinos y vecinas.