En Vallecas Va continuamos “tomando el pulso” a la enseñanza en el barrio. Por ello, este mes nos hemos acercado a la Educación Infantil, el primer “escalón” en la formación de niños y niñas, que queda fuera de la enseñanza obligatoria según las normativas oficiales, pero que constituye una fase de capital importancia, pues es donde se van a “plantar las primeras semillas” que harán “florecer” a ciudadanos conscientes, preparados para la vida real y con valores que faciliten y potencien la convivencia en sociedad.
De 0 a 3 años
Existen 14 escuelas infantiles públicas en Puente de Vallecas y 5 en Villa de Vallecas. A ellas asisten niños y niñas de 0 a 3 años, en horario de 7:30 a 17:30, a los que se ofrece una educación global que cubre todos los aspectos determinantes a esa edad; tanto los “asistenciales” (alimentación, sueño, higiene…) como los educativos en su sentido más amplio (psicomotricidad, lenguaje, creatividad…). Hay que apuntar que en el pasado estas escuelas cubrían hasta los 6 años (de hecho quedan algunas que aún tienen alumnos de esas edades), pero la franja de 3 a 6 (el 2º ciclo de la Educación Infantil) fue introducida dentro de los colegios de Primaria merced a una modificación normativa. A partir de los 6 años comenzaría el periodo obligatorio de educación según la legislación de nuestro país, que termina a los 16.
Abiertas al barrio
Cuando estamos escribiendo este reportaje, aún no hay un plazo definitivo de inscripción. Según el borrador de la Orden, éste sería desde el 22 de abril hasta el 10 de mayo, pero podría sufrir modificaciones. Para la fecha fijada como inicio estará publicitada en todas las escuelas públicas su oferta de vacantes. Para saber más sobre estas escuelas, hemos charlado con algunos profesionales del sector y algunas madres de alumnos. Nos han explicado cómo la trayectoria de dichas escuelas en el barrio comienza a mediados de los años ochenta, y cómo desde entonces vienen prestando este servicio de gran importancia, creciendo con Vallecas y adaptándose a sus necesidades. Consecuentemente con ello, siempre han estado abiertas al barrio y preocupadas por ofrecer la mayor calidad posible en su servicio, destacando la adaptación de sus espacios a las necesidades de los niños y la cualificación de su personal.
Formación de calidad
Para ello juega un papel clave su naturaleza pública. Por ejemplo, al tratarse de edificios proyectados expresamente para esta función, su diseño y construcción se realiza bajo la premisa de una adaptación total a las necesidades de los niños. En cuanto al personal, desde la Administración se exigen unos requisitos mínimos de cualificación (Técnico de Educación Infantil o Maestro especializado en Educación Infantil), así como se fomenta o exige (según los casos) una formación continua para mejorar la capacitación y adaptarse a la evolución del servicio prestado. Todo ello contribuye de forma decisiva a garantizar una formación de calidad y globalizada a todas las características y necesidades del niño, no solo en el campo de los conocimientos, sino en cualquier faceta de su vida cotidiana. En este aspecto, como ejemplo ilustrativo, podemos contemplar su tratamiento de algo tan importante como la alimentación, máxime en la crucial fase de crecimiento que se da en las edades indicadas, proporcionando a los niños comidas adaptadas a dicha situación.
Asimismo, quien esto escribe encuentra otro factor de capital importancia: según nos comentan los profesionales, “son escuelas totalmente abiertas donde las familias forman parte de la comunidad educativa, estando representadas en los consejos escolares, tienen cauces de participación como son las AMPAs, y en todo momento los padres pueden acceder a ellas y comprobar personalmente la educación de su hijo. De hecho, uno de los objetivos de estas escuelas es buscar la implicación y la participación de la familia”.
Escuela pública: informarse, ver, comparar…Cuando está a punto de abrirse el periodo de admisión, los profesionales de las escuelas infantiles públicas animan a los padres a informarse, comparar, pasarse por los centros, ver los espacios y los proyectos educativos, y así formarse un criterio objetivo que les ayude a decidir algo tan importante como el centro en el que matricular a sus hijos. En este sentido, las madres consultadas consideran positiva la amplia oferta, pues permite elegir entre múltiples opciones para todos los gustos y necesidades, pero todas ellas destacan que entre dichas opciones, obligatoriamente, «tiene que haber una pública y de calidad”. Esto les parece fundamental, pues estiman que la pública es “para todos”, independientemente del poder adquisitivo de cada familia. “Esto es muy importante, porque los hijos son el futuro. Es la educación de nuestros hijos la que al final nos sacará de la situación actual de crisis. Es algo que nos interesa a todos”, concluyen. A este respecto, los profesionales insisten: “Llevamos como bandera que los niños, a la edad a la que salen (antes a los 6 años y ahora a los 3), lo hacen perfectamente preparados: son niños autónomos, que saben estar, que hablan perfectamente y con un lenguaje muy rico, que saben comer, que saben vestirse, que son creativos… Son personas, y ése es nuestro objetivo: educar a las personas del mañana”. |