Por Daniel García Blanco, médico del Centro de Salud Vicente Soldevilla
“A Juan Luis Ruiz-Giménez Aguilar, por su defensa de la Atención Primaria, la Sanidad Pública y Universal y los cuidados mutuos, por su lucha contra las desigualdades y dedicación a Vallecas”. Desde el pasado 23 de octubre, una placa con este texto al lado de la consulta 8 del Centro de Salud Vicente Soldevilla recuerda a quien durante tantos años pasó consulta en ella. Un sábado en el que se abrieron las puertas del centro para acoger a su familia, a profesionales y a vecinos y vecinas del barrio que quisieron rendirle homenaje y celebrar todo lo aprendido y compartido con él.
En esa consulta recibió a muchas personas, escuchando, buscando junto a ellas soluciones, reflexionando sobre las causas profundas que afectaban la salud y el por qué lo hacían de manera más intensa en entornos como el del barrio de San Diego, donde se encuentra el centro, donde abundan esas “personas entrañables” de las que él hablaba, provenientes del mundo obrero, migrantes, gitanas, etc…
Esa búsqueda de cómo abordar de manera más efectiva la salud fue lo que le llevó a salir fuera del centro a actuar y a tejer redes. Así que, como no podía ser de otra manera, el homenaje siguió sus pasos y salió del centro hacia la calle, congregando a cientos de personas en el anfiteatro del Parque Amós Acero. Y allí, tras una introducción musical a cargo de la Charanga de Vallecas, entre unas y otros, se comenzó a reconstruir la memoria de quién fue Juan Luis Ruiz-Giménez.
Fue un médico de barrio, de Vallecas, que supo mirar cara a cara, frente a frente, a vecinos y vecinas con quienes fue tejiendo redes. Primero en la lucha junto a coordinadoras barriales por construir una Atención Primaria arraigada en el territorio y con recursos adecuados para desempeñar su función. Después tratando de contrarrestar las diferentes oleadas de ataques a la Sanidad Pública, como por ejemplo movilizándose desde la Marea Blanca, investigando los mecanismos de privatización en Audita Sanidad y luchando contra la exclusión sanitaria en Yo Sí Sanidad Universal.
Pero también fue un compañero. Compañero de equipo, esforzándose siempre por aunar fuerzas, más allá de las diferencias, en torno al objetivo común del cuidado y de la promoción de la salud; compañero de aprendizajes, dispuesto a explicar, pero también a preguntar, queriendo sumar perspectivas y saberes; compañero de otras luchas frente a la pobreza y a la explotación, con las que se solidarizó y apoyó a lo largo de su vida; y compañero, también, cariñoso y divertido a lo largo de todo este caminar.
Una memoria de su figura
De esta manera se fue haciendo memoria de su figura, pero mirando más al presente y futuro que al pasado. Porque, como se señaló en la presentación del acto, la invitación a compartir las semillas que este médico de barrio había ido sembrando entre las asistentes quería actualizar su memoria y su invitación a la acción en un momento más difícil que nunca para la Atención Primaria y para la Sanidad Pública. No solo por la falta de recursos, que también, sino porque el enfoque comunitario y transformador sobre las condiciones de vida que tanto y tan gravemente enferman cada vez es más complicado de abordar, entre otras cosas porque el deterioro de la atención sanitaria ha distanciado, e incluso en ocasiones enfrentado, a profesionales y ciudadanía. Juan Luis mostró cómo tejer redes y complicidades entre ambos ámbitos. El reto ahora es volver a ponerse a ello.
El homenaje del día 23 fue un buen paso en este sentido. Fue un momento de construcción y emoción colectiva. De hacer real el estribillo de la canción del documental ‘Los cuidados’ (que surgió del deseo de Juan Luis de comunicar el compromiso colectivo del que se sentía parte): “El pacto es abrazarse sin debilitarse. Haremos del calor nuestro equipaje”.