Las vecinas ‘aladas’ de Vallecas

Varios ejemplares, en uno de los tejados de Puente de Vallecas. Autor: Juan Harán

Las cigüeñas blancas eligen los dos distritos para pasar el invierno por su proximidad a Valdemingómez

Por Isa Mendi / Vallecas VA /

Las cigüeñas blancas se han convertido en los últimos tiempos en unas vecinas más de Puente y Villa de Vallecas. Con la llegada del otoño, un buen número de ejemplares eligen esta zona de la capital y sobrevuelan los cielos de los dos distritos camino a su principal ‘mercado’ de alimentación, el vertedero de Valdemingómez. Una vez satisfecho su apetito, regresan a descansar a los tejados, cornisas, torres de electricidad, antenas de TV y de telefonía, farolas, etc… Cualquier lugar en altura es bueno para pernoctar dejando en entredicho refranes del tipo ‘por San Blas (en febrero), las cigüeñas verás’, que vaticinaban el final del rigor invernal.

“La población parece que va en aumento, aunque desde 2004 no tenemos un censo que nos permita saber qué está pasando en el invierno”, dice a Vallecas VA Blas Molina, técnico de SEO/BirdLife. “Su número crece porque en el vertedero tienen mucho alimento y eligen las zonas más cercanas para pasar la época en las que no están criando”, añade. Molina explica que “a parte del basurero, en los alrededores hay tierras de cultivos, zonas húmedas, la ribera del Manzanares todo muy cerca del pueblo de Vallecas, donde hay muchos puntos altos para descansar cerca del alimento”.

A su juicio, la mayor temperatura en el interior de la ciudad no es el principal motivo para la presencia de estas aves de gran porte en Vallecas. “En la ciudad la temperatura es más alta, siempre unos cuantos grados más motivada por la propia actividad del hombre. Pero para las aves, en la mayoría de las ocasiones, irse o quedarse no depende de más frío o menos, sino de que haya alimento pasar ese momento adverso. Cuando no lo hay, emigran”, argumenta.

“En esta época del año, en las que no están criando, grupos de aves (cigüeñas, milanos negros, milanos reales, cuervos, grajillas, urracas…) vienen para descansar y pasar la noche. Se estabilizan junto al basurero porque tienen mucha comida. Es un comportamiento ligado a la actividad del hombre.”, concluye Molina.

Censo nacional

SEO/BirdLife calcula que, en España, residen en estos momentos unas 34.000 parejas de cigüeñas. Y el 40% lo hace en los tejados de todo tipo de construcciones. Su vida no siempre es sencilla: las colisiones son una importante causa de mortalidad (se estima en torno al 29%) a lo que se añaden factores como la desnutrición, la caída de nidos o las electrocuciones. La cigüeña blanca es una especie protegida por la legislación nacional y europea. Matarlas, molestarlas de forma deliberada y destruir sus nidos puede llegar a ser constitutivo de delito.

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