REDACCIÓN.
Como hemos destacado, el CSOJ Atalaya no está solo. Son muchos los vecinos de Vallecas que hacen uso del espacio que les brinda este espacio, y por ello es que entregamos algunos relatos de personas que hacen suyo la Atalaya.
Alfredo: “Yo aquí encuentro gente que quiere solucionar el barrio, ayudar a más gente. Encuentro lazos que nunca había encontrado, amigos de todas partes de Vallecas, un espacio que compartimos juntos. Esto no debe desaparecer: aquí se le pueden ofrecer cosas a la gente que no podría encontrar en otros lugares por motivos económicos”.
Martín: “Me dieron la oportunidad de participar con ellos. Son jóvenes, yo no lo soy tanto, aunque en espíritu sí… Y estoy muy bien, no tengo horario ni presión: solo compartir, hablar y trabajar en el proyecto de bicicletas de madera. Aquí todos los chavales, cada uno en su especialidad y afición, desarrollan una actividad que los saca de problemas en la calle y les tiene aquí haciendo un buen trabajo, muy importante para el futuro y para la actualidad que tiene España”.
Carlos: “Yo empecé a reparar y hacer bicicletas en un parque con Daniel, un compañero, y que nos diesen la oportunidad de tener este espacio ha sido cumplir nuestro sueño, pues hemos podido mostrar nuestra afición y enseñar a más gente. No puedo entender que quieran desalojar la Atalaya: un espacio que no lo van a utilizar y al que nosotros damos un uso perfecto para la juventud, en vez de estar por ahí tirados o haciendo el gamba, ¿y nos quieren echar? Esto es del barrio”.
Nacho: “La magia es parte de mi vida, y venir aquí y ver que hay proyectos de todo tipo y que yo podía aportar algo me llena mucho. Yo estudié en este instituto… Con el tiempo se dejó de usar, cuando vinimos nos lo encontramos quemado, y desde que estamos aquí solo hemos hecho cosas buenas por el centro. Quitarlo sería quitar al público su centro de ocio, de estudio, de diversión, de conocer gente… Vienes aquí casi sin conocer a nadie, y a los tres días tienes una familia”.