CSOJ ATALAYA.
Algo va mal en un pueblo cuando las sonrisas de su juventud generan miedo, cuando sus sueños se observan con peligro y su empoderamiento con alarma. Algo va mal en nuestra tierra cuando se cierne sobre el CSOJ Atalaya el riesgo de desalojo, como nos han hecho saber varias personas que decían venir en nombre del IVIMA, que pese a ser un organismo de la comunidad autónoma, vienen azuzados por la Junta Municipal.
Debe de ser que este sistema es más amante de los espacios devastados por la guerra (salvando las distancias) que de los espacios llenos de alegría, ilusión y entusiasmo. Y es que así se encontraba nuestra atalaya aquella noche fría en la que se nos ocurrió empezar a darle vida: paredes rotas, puertas reventadas, cristales hechos añicos que había que apartar para poder avanzar por los pasillos; sin luz, sin agua, en silencio. Tres años de silencio en el que las voces de sus estudiantes se habían dejado de escuchar; tres años de silencio rotos por actos de vandalismo; tres años de silencio, de abandono, y sobre todo de inutilidad de un espacio, que solo parece incomodar cuando se oyen voces de personas que lo llenan de utilidad, de protesta y de construcción popular.
Y es que, a marchas forzadas, la juventud castellana estamos aprendiendo el papel en el que pretende sumirnos el sistema, sobre todo a la de los municipios más populares de nuestro pueblo, como Vallekas. Negándonos el futuro con una educación cada vez más elitista, ofreciéndonos trabajos basura y proponiéndonos vías de escape para obviar nuestra situación, pretenden convertirnos en una juventud ignorante, esclava pero “feliz”.
Pero nos negamos a aceptar ese papel, y, como decíamos en nuestra presentación, nos proponemos disfrutar de nuestra vida en plena conciencia, transformando nuestra resignación en rabia, la rabia en organización y la organización en victoria; victorias pequeñas que grano a grano van construyendo pueblo. Okupamos este espacio para poder ofrecer a la juventud espacios de reflexión, relación y debate, siendo ya una victoria el habernos encontrado, y que será aún mayor cuando consigamos entre todos asentar este proyecto tan necesario para la juventud.
Por ello hacemos un llamamiento a Vallekas y a su juventud a seguir disfrutando y construyendo el CSOJ Atalaya; participando en sus distintos talleres y actividades, como la biblioteca, los torneos deportivos, las clases de apoyo, el gimnasio, las clases de deportes de contacto, los bailes tradicionales castellanos, el taller de autodefensa femenina, la cafetería, el taller de teatro, el aula de artes y serigrafía, las clases de música y locales de ensayo… Porque nuestros sueños son su peor pesadilla, ¡adelante Vallekas, adelante la juventud, construyamos pueblo, defendamos el CSOJ Atalaya!