Otra vez un inicio de año. El 2014 por delante. Una buena ocasión para preguntarse nuevamente: “¿cómo quiero que sea este año?”, “¿qué voy/qué vamos a hacer para que se haga realidad eso que quiero/queremos?”. Esta respuesta tendrá su vertiente meramente personal y también la social.
En estos últimos años se ha evidenciado sobremanera que la “suerte” que pueda tener nuestra vida personal cada vez está más condicionada por lo que les pase al conjunto de las demás personas, por lo que cada vez se hace más imprescindible verse a sí mismo como un individuo social y preguntarse por lo que hay que hacer para que nos vaya bien a todos.
El Gobierno y sus representantes, los tertulianos de poca monta, anuncian a bombo y platillo que España está dejando atrás la crisis económica y que a partir de ahora todo irá por el buen camino. No nos dejemos engañar con la farsa de la recuperación.
Tenemos por delante dos años que estarán muy marcados por el calendario electoral. Recordemos que en mayo de este año hay elecciones europeas; y en el 2015, primero autonómicas y municipales, y a final de año las generales. Desde este punto de vista, el 2014 es un año decisivo, un año que puede ofrecernos “sorpresas” bien interesantes.
Pese a la difícil situación que nos toca vivir, es imprescindible que cada uno defina cómo quiere que sea un futuro justo, abierto y esperanzador para todos. Éste ha de ser un año en el que cimentar la esperanza y seguir abriendo y poniendo en marcha proyectos concretos en el barrio y también ir contribuyendo en la construcción de alternativas político-electorales en las que los protagonistas seamos la gente.
La gente común y corriente no podemos pasar indiferentes ante estos próximos retos. La democracia tal y como la hemos conocido está tocada de muerte. Es el momento de construir con intensa dedicación y desde la gente opciones que “abran el futuro”, que posibiliten realmente la democracia, es decir el poder del pueblo. Y esto pasa inevitablemente por la instalación de nuevos mecanismos y procedimientos que permitan el inicio de una democracia real: una verdadera transparencia, referendos vinculantes, voto permanente de la ciudadanía y participación ciudadana activa en la legislación. Mecanismos que aseguren que nunca más se pueda dar la corrupción en los políticos y la traición al pueblo.
Desde Vallecas, así como desde el resto de barrios y distritos, podemos poner nuestro grano de arena para con decisión y junto a otros construir nuevas alternativas que nos abran el futuro desde ya.