JESÚS JAÉN (TRABAJADOR DEL HOSPITAL DE LA PRINCESA)
Las consecuencias de los recortes sociales en cuanto a la atención y asistencia sanitaria ya empiezan a sentirse en la población española. Hace un año justamente se ponía en vigor el RDL 16/2012, que fracturaba a la sociedad entre personas con derecho a tarjeta sanitaria y otras que no (1.000.000 de ciudadanos quedaron excluidos). Producto de esto, el senegalés Alpha Dan fallecía por falta de atención en Baleares.
Los recortes en servicios, camas, personal y gasto farmacéutico están empezando a dejar gravísimas secuelas. A los ciudadanos se les recortan prestaciones, pero al mismo tiempo se les cargan facturas de servicios de ambulancias, medicamentos o incluso en la atención a personas que han sido despojadas de su tarjeta sanitaria (urgencias o atención de un parto se están cobrando en comunidades como Castilla La Mancha).
El lunes 26 de agosto, el diario El País informaba de que las listas de espera para intervenciones quirúrgicas se habían disparado un 6,4%. Los plazos medios por intervención habían pasado de 76 días a 100, y con tendencia a ir subiendo, ya que los datos son hasta el 2012. A todo eso nosotros tenemos que agregar que las listas de espera para pruebas como mamografías, ecografías, TAC o consultas de especialidades también han ido aumentando, o peor aún, se han derivado hacia las clínicas privadas.
Despidos y cierres
Mientras se despide a profesionales (3.000 entre 2012 y 2013 en Madrid), se cierran quirófanos o camas (1.300 en verano según UGT), se cierran servicios en la mayoría de los hospitales de la Comunidad, se derivan pacientes o recursos públicos dejando sin uso aparatos de primera tecnología, las listas de espera aumentan. ¡Qué paradoja!
La propia Consejería de Sanidad previó en sus presupuestos recortar la actividad quirúrgica en los principales hospitales: Gregorio Marañón un -9%, Doce de Octubre un -10%, La Princesa un -23%, Ramón y Cajal un -10%, etcétera. Esto ha obligado a una disminución notable de actividad todo este año.
Estamos seguros de que el Ministerio de Sanidad dirigido por Ana Mato, lejos de sacar ninguna de estas conclusiones, echará la culpa de su mala gestión, no a los recortes, sino a las huelgas que en Madrid se han hecho durante las movilizaciones de la Marea Blanca. Este argumento, además de falaz, tiene la limitación manifiesta de que solamente vale para una parte minoritaria de la sociedad española.
Por otra parte, tampoco tenemos la menor confianza en que sus soluciones para acortar las listas de espera sean beneficiosas. Nos tememos que para hacerlo mientan diciendo que no hay recursos en la sanidad pública suficientes y que se hace necesario derivar las intervenciones a la sanidad privada. Ah, eso sí: solamente aquéllas rentables desde el punto de vista económico, como cataratas, prótesis de cadera, etcétera,
que casualmente son las que registran un mayor retraso.
Y se preguntará el lector qué importa que me deriven si yo no tengo que pagar. ¡Falso! Usted no paga en ese momento, pero las Administraciones Públicas abonan a las clínicas privadas un canon por cada paciente transferido, dinero que ha salido de los Presupuestos Generales y de nuestros impuestos. Con su dinero, con nuestro dinero, están cerrando servicios públicos y regalándolos a empresas como Sanitas o Capio.
Por eso seguiremos luchando para impedir este expolio y en beneficio de una mayoría social que necesita, usa y está satisfecha con la sanidad pública.