Escribe: Antonio Luquero.
“Empezamos teniendo clientes, pero terminamos teniendo amigos”. Quien así se expresa es Juan Francisco del Toro, responsable de Garden Rivas, que pone hincapié al señalar que el buen trato al cliente es fundamental para que salga satisfecho. Y eso que salir, lo que se dice salir de Garden Rivas no es tarea fácil, porque empiezas curioseando por entre las flores, y terminas enredado entre árboles o metiendo literalmente las narices en las olorosas flores de infinidad de especies que inundan los pasillos. Eso sin contar con que puedes acabar participando en una tertulia sobre cómo cultivar tomates en la terraza o hablando con la directora, Asunción Martínez, sobre si es conveniente podar un magnolio o es preferible dejar que crezca a su aire.
El ambiente familiar se percibe en este lugar que recuerda bastante al Jardín Botánico. Por eso Juan Francisco nos recuerda que su pasión son las flores y las plantas.
– ¿Qué es Garden Rivas?
– Es un vivero que lleva ocho años abierto por amor a las plantas, por pasión, porque es algo que nos gusta muchísimo. Además estamos en Rivas, un lugar en el que a la gente le gustan las plantas.
– ¿Quiénes son vuestros clientes?
– Siempre son particulares, la mayoría gente de chalets que es lo que más predomina en Rivas, pero tenemos muchos clientes de Vallecas, Moratalaz, Vicálvaro, Valdebernardo. De toda la carretera de Valencia, desde Loeches, Morata, Velilla, hasta Tarancón vienen aquí. También de Arganda, que junto con Vallecas y Rivas conforman la mayoría de nuestra clientela. Aunque me gustaría señalarte que más que clientes, tenemos amigos.
– Hace treinta años el rey de las casas era el geranio. ¿han cambiado mucho los gustos de un tiempo a esta parte?
– Como de la noche al día. Antes no se podía elegir, había cuatro plantas y poco más, y ahora puedes tener lo que tú quieras y de cualquier punto de España.
– En cuanto a los interiores, ¿por dónde van las preferencias actualmente?
– En plantas muy duras que resistan las “malas manos”, la falta de luz y que ocupen poco sitio, que sean altas y esbeltas. Muchas veces el cliente nos dice cómo es su casa y nosotros le aconsejamos qué plantas poner.
– ¿Y es verdad que ahora lo que está de moda es plantar pimientos en la terraza?
– Pues sí, es que además a la gente le gusta. Como entretenimiento es fantástico poder coger un tomate, una berenjena, un pimiento y poder comértelo. Y el que lo consigue el primer año, al siguiente continúa con ello y generalmente amplía las variedades.
– ¿Tenéis semillas y plantas para estos “nuevos” agricultores de ciudad?
– Tenemos todo lo que tú quieras. Eso sí, recomendamos poner la especie que se da en cada época del año. Hay quien quiere poner tomates ahora en diciembre, y les tenemos que recordar que ahora no hay sol suficiente y que a la primera helada adiós a la tomatera.
– ¿Y el bonsái, sigue teniendo sus adeptos?
– Los tiene, pero no cualquiera puede introducirse en ello, porque es difícil. Son plantas reducidas en todo y necesitan muchos más cuidados que una planta cualquiera. Por eso recomendamos iniciarse con unos prebonsáis, que son unas plantas pequeñitas hechas para empezar poquito a poco; les llama mucho la atención a los chavales jóvenes.
– Uno de los errores más comunes ¿es empachar de agua a las plantas?
– Siempre. Tendemos a pensar que la panacea siempre es regarlas cuando vemos que tienen un problema Y precisamente lo que hay que hacer cuando están mustias o tienen mala cara es parar de regar porque suele haber exceso de humedad. Hay que preguntar a un profesional para que aconseje qué hacer.
– Y ahora que hay tanto chalet ¿ves cosas en los jardines que te hacen llevarte las manos a la cabeza?
– Muchísimas veces. Veo plantas de interior en el medio del jardín a pleno sol… ¡que dan flores hasta negras! Claro, se están quemando. O árboles que se hacen con un tronco inmenso plantados junto a una pared, y piensas “en seis o siete años, adiós a la pared”.
– ¿En este aspecto, orientáis vosotros a los clientes sobre cómo colocar un árbol, donde plantarlo…?
– Por supuesto, para eso estamos. Si por ejemplo quieren poner una mimosa les preguntamos qué distancia hay al muro, a la casa y si hay piscina… A veces le decimos que compre otra especie porque esa al cabo del tiempo les va a dar un problema.
– En tantos años, os habrá pasado más de una anécdota curiosa.
– Sí, hay quien se llevó un frutal y lo colocó en la cocina. Y vino a la semana diciendo: “me llevé un albaricoque y se me han caído todas las hojas”. Cuando me dijo que lo había metido en la cocina, ¡una planta que es de calle aguantando los calores de las ollas…! Ningún frutal puede estar ahí, pero eso pasa por no preguntar.
– Trabajáis con Interflora, ¿qué ventajas tiene para el cliente?
– Para el cliente muchísimas. Cualquier regalo en flores o plantas se traslada a cualquier lugar del mundo en horas. Puedes hacer un regalo desde Rivas y tenerlo en Singapur en el mismo día.
– Después de estar todo el día rodeados de flores, plantas y árboles, ¿os apetece el fin de semana salir al campo?
– Claro que sí, nos gustan muchísimo el campo y la montaña. Afortunadamente en casa tenemos un jardín que es como un bosque y dedicamos también tiempo a cuidarlo.
– Ya para terminar ¿servís pedidos en estas Navidades?
– Por supuesto. Nunca decimos que no al cliente, nunca ponemos pegas. Queremos que cuando salga por la puerta, haya comprado o no, se sienta satisfecho de lo que ha visto, de lo que nos ha oído hablar y de lo que le hemos dado.