Venimos de numerosas movilizaciones en defensa de la sanidad pública. Las últimas, una grandiosa manifestación con más de medio millón de personas de la Comunidad de Madrid en noviembre del año pasado; en febrero, se volvió a repetir otra protesta masiva; y en abril, la consulta ciudadana en la que votaron más de 300.000 personas.
Hemos de seguir trabajando conjuntamente, como hemos hecho hasta ahora, y redoblar esfuerzos en esta recta final que para los vecinos comienza el día 12 de mayo con la campaña electoral vecinal.
La política con mayúsculas, la de verdad, se construye desde abajo, con los políticos honestos de los partidos honestos y con los vecinos comprometidos con sus vecinos. Así se construye comunidad, vecindad, poniéndonos de acuerdo para dar respuesta a las diferentes necesidades que vivimos en el día a día.
De aquí al 28 de este mes tenemos la mejor ocasión para mostrarnos a nosotros mismos que sí se puede, que podemos erigirnos en protagonistas de nuestras propias vidas y que decidimos con libertad embarcarnos en este empeño.
De aquí hasta el día 28, trabajaremos con todas nuestras fuerzas para que de estas elecciones salgan gobiernos para la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid lo más humanistas posibles. Y esto, hoy pasa por votar al PSOE, a Más Madrid o a Podemos-IU Madrid-Alianza Verde.
Ojalá se trabaje lo suficiente para conseguir que muchos de quienes pensaban no votar, se ilusionen y cambien de idea, voten e incluso consigan que algunos otros de su entorno también lo hagan.
Sea como fuere, el compromiso ha de ir más allá: construir ese barrio en el que cada vez nos sintamos más a gusto, porque lo hacemos nuestro. El primer paso, ganar las elecciones y a partir del 29 de mayo, y durante los próximos cuatro años, reforzar el proceso de creciente empoderamiento de toda la buena gente, cada uno desde su lugar.
Qué mejor oportunidad para que cada político de barrio y cada vecino decida si acompaña esta ventana de oportunidad que se ensancha como nunca antes lo ha hecho en la historia de este país y además también decida si pone en marcha una profunda renovación de su propia vida, a fin de que aquella construcción sea lo más humanista posible.