Por Isa Mendi
El ‘scalextric’ de Puente de Vallecas, uno de los últimos vestigios del urbanismo y de la movilidad del siglo pasado en la capital, seguirá en pie ‘sine die’ separando el distrito vallecano del de Retiro, a pesar de los compromisos políticos y de las proposiciones aprobadas a favor de su demolición. El pasado 20 de noviembre, la delegada de Obras, Paloma García Romero, y, al día siguiente, el propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez, aseguraron que el proyecto de derribo del paso elevado de la M-30 es inviable desde el punto de vista técnico y que no compensa, porque no se ganaría espacio para el ciudadano y el desembolso económico rondaría los 100 millones de euros. Un anuncio que ha caído como un jarro de agua fría sobre las viejas aspiraciones del movimiento vecinal, que al día siguiente volvió a reclamar el cumplimiento del acuerdo del Pleno de Cibeles de marzo de 2021 y la realización de un proyecto real que acabe, de una vez por todas, con esta infraestructura viaria.
Las palabras del alcalde de “no es una decisión política” y, sobre todo, las de la delegada de Obras, Paloma García Romero, de “no compensa para nada” escuecen sobre manera al ahora desesperanzado vecindario de Puente de Vallecas y de Retiro que aguardan desde hace largos años la fecha del inicio de las obras del desmantelamiento del paso elevado de la M-30, la gran barrera que separa ambos distritos vecinos. Además, recelan de los expuesto por el consistorio y exigen la convocatoria de la mesa de seguimiento del proyecto con el fin de que el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, se comprometa en un plazo real a presentar un estudio de movilidad que haga posible el proyecto de acuerdo a las condiciones establecidas en el pleno. Por otro lado, acusan al Ayuntamiento de no haber realizado ningún plan alternativo al elaborado hace casi dos décadas, que haga posible el desmantelamiento y cumpla con el acuerdo unánime del pleno del 30 de marzo del año pasado.
“Llevamos décadas demandando una solución al paso de la M-30 por el Puente de Vallecas. Con cada atisbo de solución, la vecindad hemos sufrido una nueva decepción, y ya van muchas”, critica la Asociación Vecinal Doña Carlota-Numancia a través de un comunicado. “Nos gustaría recordar los motivos por los que es insostenible y de gran urgencia la solución al paso de una autovía con 14 carriles con una media estimada de paso de 170.000 vehículos por día. Dicho paso genera un temor insoportable, contaminación, estigma social y segregación ya que el ‘scalextric’ define una frontera física y social junto al centro de Madrid”, añaden.
Críticas de la oposición
Por su parte, Más Madrid y PSOE lanzaron críticas a la gestión municipal con respecto a este proyecto. “Para el PP, Vallecas no es una prioridad, para Más Madrid es una de las principales y por eso la primera medida que pongamos en marcha al llegar al Gobierno municipal será la demolición del ‘scalextric’ de Vallecas, para mejorar la vida de esos miles de vallecanos que llevan décadas viviendo encima de una autopista urbana”, aseguró la portavoz de la primera de las formaciones, Rita Maestre. Por su parte, la socialista Mar Espinar cree que, al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, “le queda grande” hablar de reequilibrio territorial cuando finalmente ha rechazado desmontar el paso elevado.
La delegada de Obras, Paloma García Romero, argumentó en la comisión del Obras del 23 de noviembre que, en la primera parte de 2022, el área de Medio Ambiente y Movilidad llevó a cabo varios estudios y simulaciones de los efectos derivados de la supresión del puente. “La conclusión fue la necesidad de construir un túnel para absorber el importante tráfico de paso que da continuidad a la Calle 30 y que también era necesario dejar un vial en superficie, con tres carriles por sentido para resolver la demanda de movilidad local, especialmente en la entrada y salida del distrito de Puente Vallecas, junto al importante número de autobuses que regulan este espacio”, argumentó la edil del PP.