Por Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz de Cañada Real Galiana
El domingo 2 de octubre se cumplieron 2 años desde que, de la noche a la mañana, por una decisión política dirigida por la Comunidad de Madrid, la empresa Naturgy decidió cortar, sin más, el suministro eléctrico a una parte de Villa de Vallecas, a los sectores 5 y 6 de la Cañada Real Galiana. Los habitantes de un barrio en construcción se vieron privados de un bien necesario para poder ejercer sus derechos humanos en condiciones mínimas y seguir intentando llevar una vida humana digna. Dos años después, la situación continúa, pero, desde luego, no continúa igual.
En estos 24 meses todas las razones que en un principio se intentaron argüir para justificar el corte de luz se han demostrado falsas. Así, por ejemplo, ha quedado probado que la falta de electricidad nunca se debió a un incremento repentino de la demanda, sino a que Naturgy instaló limitadores de potencia, como señala el informe pericial de 21 de septiembre de 2021, encargado por el juzgado de instrucción número 42 de Madrid. Como ha quedado demostrado también que los vecinos siempre han querido poder pagar la luz que consumen, con una reivindicación continua que expresamente recogería el Defensor del Pueblo en su recomendación del 17 de noviembre de 2021, para que se les permitiese la realización de contratos individuales de suministro eléctrico.
En estos dos años lo que ha quedado patente para cualquier persona sin prejuicios ideológicos es que en Cañada Real se viene produciendo una gravísima y sistemática violación de derechos humanos, que sufren de forma especialmente dramática las personas en situación de especial vulnerabilidad, como son las mujeres, las niñas y los niños y las personas con discapacidad. Y así ha sido denunciado por todas las organizaciones e instituciones de derechos humanos, a nivel nacional, europeo e internacional, como son el Defensor del Pueblo, Magistrados Europeos por la Democracia y las Libertades (MEDEL) y Naciones Unidas.
Ha quedado probado que la falta de electricidad nunca se debió a un incremento repentino de la demanda, sino a que Naturgy instaló limitadores de potencia, como señala un informe pericial
Ante ese desenmascaramiento de la realidad, en estos dos años los poderes fácticos y los correspondientes poderes políticos, con el Gobierno de la Comunidad de Madrid a la cabeza, han respondido recrudeciendo, ya sin disimulos, sus ataques a las condiciones vitales básicas de los vecinos de la Cañada Real. Ha habido insultos por parte del Comisionado para la Cañada Real y de la presidenta Díaz Ayuso en sede parlamentaria; cortes de agua; extensión del corte de la luz a los sectores 4, 3 y 2; desmantelamiento de parte de la red eléctrica existente por personal de la empresa Naturgy… El ataque es obsceno, a plena luz del día, sin reparos ni freno alguno ante las desastrosas consecuencias que se están produciendo en las vidas de los habitantes de un barrio de Madrid, a las puertas de lo que será un tercer invierno, que, si nadie lo para, habrán de enfrentar con las fuerzas muy mermadas.
Lucha pacífica
Pero también en estos dos años, la fuerza y la lucha pacífica por los derechos y las condiciones vitales básicas de los habitantes de la Cañada Real no han hecho sino coger consistencia y aunar las voluntades de cualquier persona de bien que ha ido conociendo su situación real. Nadie les puede negar la justicia de sus reclamaciones: luz, contratos y mesa se seguimiento. De hecho, el propio Gobierno de la nación ha realizado últimamente tímidas demostraciones de reacción, cuando el 3 de marzo la Presidencia del Gobierno respondió a una carta de la plataforma manifestando explícitamente su compromiso en el restablecimiento del suministro eléctrico lo antes posible. O cuando el pasado 19 de septiembre la Secretaria de Estado para la Agenda 2030 y su equipo recibieron a una numerosa delegación de la plataforma, expresándoles su interés en trabajar en la solución.
En todo caso, una cosa es cierta. Todos los avances logrados sólo han sido posibles gracias a la movilización ciudadana. La situación actual, con el invierno a las puertas, es dramática y la única forma de conseguir que se adopten las medidas que se han de tomar, y que podrían tomarse sólo con que hubiese la voluntad de hacerlo, es presionando socialmente al poder político democrático. Exijámosles que cumplan su obligación y protejan los derechos humanos, que garanticen el suministro eléctrico en todos los sectores de la Cañada Real. Exijámoselo con determinación y de forma inmediata. Sólo la presión social, decidida y democrática lo habrá de conseguir. ¡Hagámoslo!.