Por Redacción
Asociaciones y organizaciones de Puente de Vallecas convocaron dos asambleas los días 22 de febrero y 1 de marzo en la Parroquia San Carlos Borromeo para realizar un análisis común de la situación de la juventud en su barrio de cara a valorar posibles líneas de trabajo conjuntas, a raíz de los asesinatos de dos jóvenes, uno de ellos de Vallecas, en las últimas semanas. A su juicio, estos sucesos han generado un clima de temor entre la juventud y en la comunidad de madres y padres, así como alarma social, agravada por la respuesta desde Delegación del Gobierno, militarizando determinados barrios con una amplia presencia policial.
“Estos episodios de violencia tienen que ver con el deterioro socioeconómico que atravesamos, así como con la ausencia de expectativas entre la juventud. Por lo que no estamos ante un problema originado por el lugar de nacimiento de las y los jóvenes, sino con sus condiciones socioeconómicas”, comentan estos colectivos.
Vallecas VA recoge el testimonio de Viki, vecino de Vallecas, que trabaja de educador con jóvenes entre 14 y 20 años de edad.
“Muchos de ellos tienen situaciones socioeconómicas bastante complejas o como más les gusta llamarles a las instituciones ‘jóvenes en riesgo de exclusión’ o ‘juventud vulnerable’. Durante mis años de experiencia, son varios los jóvenes con los que he trabajado que pertenecían o habían pertenecido a estas agrupaciones juveniles de calle, mal denominadas ‘bandas latinas’ o como a ellos les gusta que se les llame familias de la calle. Estoy cansado de participar en reuniones institucionales en las que se pretende abordar la problemática de las ‘bandas latinas’, poniendo en el foco del problema a los propios jóvenes. Las políticas y medidas sociales en nuestra ciudad están gestionadas, en su mayoría, por grandes empresas que lo único que les preocupa son las cifras, sin atender a la calidad de la atención a las personas”, asegura.
Por otro lado, explican que las convocatorias en la Parroquia San Carlos Borromeo para tratar esta problemática le llamaron la atención, “pues analizaban la problemática desde una perspectiva totalmente distinta a cómo lo hace la institución”. “Acudimos vecinos preocupados por la situación de su barrio, personas de todas las edades y profesiones. En este espacio se hizo un análisis de la situación mucho más elaborado y cercano a la realidad que en cualquiera de las mesas comunitarias o comisiones de trabajo institucionales en las que he podido estar por mi trabajo. Este análisis no pone el foco del problema en nuestros jóvenes, sino que atribuye la violencia en las calles a un problema estructural. El abandono de las instituciones a los barrios obreros, y más concretamente a sus jóvenes, es la causa del aumento de violencia y trapicheos en nuestras calles”, argumenta.
Violencia en TV y videojuegos
A su juicio, los jóvenes son bombardeados con espectáculos violentos en la televisión y videojuegos, se les ha quitado el sentimiento de pertenencia cultural y grupal, no tienen expectativas de futuro con un trabajo cada vez más precarizado y explotador, y no se sienten protegidos ni respaldados por las instituciones. “Ante esto, las ‘familias de la calle’ les dan lo que las instituciones les niegan. Les dan protección, sentimiento de pertenencia, un grupo de amigos, una alternativa de ocio en la calle y dinero fácil. En estas familias ya no solo están los supuestos ‘latinoamericanos mal integrados’, sino que hay jóvenes de todas las nacionalidades, orígenes y barrios”, advierte.
Estas circunstancias, señala, han propiciado que los vecinos de Vallecas busquen alternativas para poner solución a una problemática “que las instituciones no están siendo capaces de abordar correctamente”. “Ponen el foco en los problemas estructurales y no en nuestros jóvenes. Buscan dar vida a nuestras calles, ofrecer alternativas de ocio, y acercarse a los jóvenes para escucharlos. Hay que dejar de buscar al enemigo entre nuestros iguales, y empoderarse para solucionar los problemas que nos afectan a todos”, concluye Viki.