Por Adriana Sarriés y Francisco Catalán, miembros de la Parroquia y de la Asociación de Vecinos Los Pinos.
Ha fallecido nuestro amigo, el cura Pedro. Pedro Sánchez, asturiano, dominico y párroco durante décadas de la Parroquia Santo Tomás de Villanueva, en el barrio de San Agustín (Puente de Vallecas) falleció a la edad de 95 años víctima de la COVID-19 el 13 de noviembre. Las personas que lo conocimos y gran parte del barrio estamos de luto, con el dolor añadido de no haber podido despedirnos de él ni acompañarle en los momentos finales.
Pedro fue maestro de novicios durante años. Posteriormente marchó a Méjico y quedó marcado por aquella realidad. Volvió a Madrid y supo acompañar el día a día de los vecinos durante 40 años. Luchó denodadamente por construir una parroquia digna saliendo de los sucesivos barracones o bajos alquilados en los que se desarrollaban los actos litúrgicos, las reuniones y el compromiso con el barrio. Supo despertar un clima de fraternidad y servicio en las personas que lo trataban. Fue miembro activo de la Asociación de Vecinos Los Pinos de San Agustín hasta el final de sus días, apoyando todo tipo de acciones ante la administración y movilizaciones en la calle. Luchó codo con codo con el vecindario por los transportes, por la remodelación del barrio (él fue fundamental en cartas, peticiones, papeleo, reclamaciones), por el parque, por las infraestructuras, por la escuela de personas adultas y por un largo etc. Pedro estuvo en todo.
Acogió, respaldado por el Consejo Parroquial, a los diversos grupos que tocaron las puertas de la parroquia: grupo de gimnasia, de baile flamenco, grupo local de amnistía de Vallecas, grupo de teatro, etc.
La solidaridad con pueblos empobrecidos se canalizó con la ONG Verapaz que, durante más de 20 años, formó parte del quehacer habitual y él apoyó, así como a la acción social que atendía las necesidades del propio barrio y a los grupos de atención a niños y jóvenes Chispa e IRIS.
En la parroquia y fuera de ella vivía el evangelio, la opción por los pobres, y supo evolucionar de posiciones más ancladas en el pasado a los nuevos postulados de la Teología de la Liberación. Sencillo, servicial, amigo, ése era Pedro. Participaba en la organización y desarrollo de la catequesis, en los grupos de reflexión y en las salidas de la gente junto con sus compañeros dominicos y Julio Lois, con quien compartió la actividad parroquial y barrial. Su compromiso le costó conflictos con la jerarquía eclesiástica, que él no buscó, pero le vinieron por su fidelidad al evangelio. Una vez jubilado, y en el tramo final de su vida, la parroquia sufrió enormemente con un párroco que la comunidad logró rechazar y desde ese acontecimiento le impidieron decir misa en la parroquia que él levantó en buena medida, como también se lo impidieron a su compañero dominico José Antonio Lobo. Acabó celebrándola durante un tiempo en los locales de la asociación, llenos a rebosar. Lo marginaron completamente e incluso lo invitaron a marcharse del barrio junto con su compañero.
Pero él no se quejó. Nunca habló mal de nadie. Siguió haciendo lo que sabía. Y nos hacía pasar ratos extraordinarios cuando en celebraciones en la asociación o en los grupos, cantaba lo que acabó siendo el himno de Pedro, que todo el mundo coreaba:
“Como quieres que salga
de noche a verte, si,
si el perru de tu padre, sa,
sale a morderme, si…”
Le salía la sangre asturiana y el carácter. Pedro era de una pieza, firme, seguro, cariñoso, humilde, con un punto de timidez. ¡Cómo lo vamos a olvidar! Descansa en paz, Pedro y ve con el Dios en quien creías.
Desde la Asociación Chispa y, muy especialmente, desde la Asociación Juvenil Iris Vallecano, sentimos mucho la pérdida de nuestro párroco Pedro. Siempre hemos sentido el apoyo, la confianza y la libertad para trabajar con los niños y la niñas del barrio en un proyecto como son estos donde su figura, junto con la de otras personas, han estado muy presentes. Bajo el techado de la parroquia (de metal y de obra) siempre has apoyado a los jóvenes del barrio. Muchas de las personas que hemos pasado por estas entidades somos lo que somos, en parte, muy importante, gracias a Pedro. Tenemos la tranquilidad de saber que sabes que seguimos apostando por esta idea y filosofía de que compartir es algo que no espera nada a cambio. Eres nuestro primer socio y un referente al que siempre querremos. Gracias por todo y perdonamos por no poder haber estado a tu lado, fisicamente, con amor, Chispa e Iris Vallecano.