Por Pedro Lorenzo
Este enorme poema narrativo que John Milton publicara en 1667 consta de 12 libros con un total de más de 10.000 versos y es un clásico de la literatura inglesa. Coger esta epopeya para hacer una obra teatral y poderlo resumir en 100 minutos es una odisea al alcance de muy pocos y aquí Andrés Lima lo hace con tino.
Esta tragedia narra la caída de Satanás del cielo al infierno y también la expulsión de Adán y Eva del Paraíso. El bien y el mal. La lucha entre Dios y Satanás, que se revela ante el poder omnímodo y tiránico de Dios.
Pere Arquillué “se pasea como Dios” e inunda la escena con su presencia, su voz grave y su hechura singular y socarrona. Satán (Cristina Plazas) le da la réplica y combate los designios del Cielo y mandatos divinos con contumacia. Laura Font (La Culpa) y María Codoni (La Muerte) destilan profundidad y aplomo y adornan con sus voces y cantos (acordes con su sino) su luctuoso papel.
Hay mucha filosofía en los diálogos: ¿de qué nos sirve vivir eternamente si nuestras penas también serán eternas?”. Y se nombra a Satán “señor de los rebeldes”, dándole así ese protagonismo de rebeldía que encandiló a los románticos.
A lo largo de toda la obra queda patente el mensaje que Milton imprimió en su obra. Un montaje espectacular en cuanto a dirección, interpretación, escenografía, música, vídeo creación y puesta en escena. Una gran obra para un público exigente. Recomendable.