Una asociación de barrio contra las adicciones y a favor de la vida

Un grupo de familias y vecinos crearon Atiempo en Fontarrón en los años 90

Una de las celebraciones de los miembros de Atiempo. Foto: Atiempo

Por Francisco Catalán

Años 80. En Vallecas la droga causa estragos en personas y familias, los traficantes menudean y el espectáculo de personas adictas con la jeringuilla en el brazo es frecuente. Poblados marginales como La Celsa, La Rosilla, Las Barranquillas y Los Focos son supermercados de droga que abastecen a quien paga, además del menudeo en el barrio.

En Fontarrón, un grupo de personas y familias que sufren el problema en sus carnes, junto a vecinos y vecinas, decide crear una asociación para hacerle frente y dar alternativas. Empiezan desde cero, apoyándose en expertos. Es la década de los 90. Intentan llegar “a tiempo” y le ponen ese mismo nombre a su asociación. La parroquia, con el cura Fabián, será un elemento central en esa lucha.

Hasta hoy, la asociación ha hecho un largo recorrido. En su Plan Estratégico para 2023-2025 se plantea adaptar el proyecto de Adicciones, VIH y Exclusión Social a las nuevas realidades de exclusión y vulnerabilidad, consolidar el Espacio Mujer dedicado a las mujeres del barrio, particularmente con adicciones —funciona muy bien, con 20 compañeras que se escuchan, se apoyan y se animan— y trabajar con jóvenes que tienen problemas.

Por otro lado, en este último año Atiempo ha acogido a 77 personas y ha atendido en talleres y terapias grupales a 41 usuarios y usuarias. Un equipo profesional de cuatro personas se encarga de la atención, gestión y funcionamiento de este colectivo, junto a un buen grupo de voluntarios y voluntarias.

Esta atención es gratuita para quien la solicita y toda la semana hay terapias, talleres, salidas, atención personalizada y un montón de iniciativas. “Lo principal: Atiempo acaba siendo una familia en la que se sienten cómodos, reconocidos y tratados con respeto en su proceso de dejar definitivamente las adicciones, porque el alcohol, la cocaína, los porros, la heroína y el juego siguen siendo elementos que interfieren en nuestras vidas y las destrozan, tanto a hombres como a mujeres. Y solos no se sale”, comentan desde la asociación.

A continuación, varias personas cuentan su experiencia en Atiempo.

Joaquina
“Para mí ha sido y es una tabla de salvación, un refugio donde se esfuerzan por las personas que estamos casi desahuciadas de la sociedad y tenemos la autoestima por los suelos. Donde puedes expresar, si quieres, tus sentimientos sin que nadie te juzgue y donde puedes pedirles su ayuda para cualquier cosa que necesites, porque trabaja gente maravillosa que siempre están dispuesta a darte una palabra de ánimo. Podemos contar nuestros testimonios y apoyarnos los unos en los otros. Hay unos voluntarios que dan su tiempo y sus conocimientos a cambio de nada. En definitiva, somos una gran familia. Muchas gracias a todos y todas”

Caty
“Cuando entré en la asociación Atiempo para mí fue una salida del pozo en que estaba metida y hoy en día es una gran familia que no cambio por nada y siempre les estaré dando las gracias”

Santiago
“Yo llegué a creer que no volvería a tener más valores y sin embargo me puse a pensar que tenía que motivarme y empezar a recuperar mi autoestima, que la tenía muy baja. Empecé dejando todas las adicciones y a demostrarme que, si uno quiere, lo consigue todo. Empecé a recuperar a mi familia que está muy orgullosa de mi avance y motivación. Me ven con más valor y pueden confiar en mí. Para mí la familia es súper importante en todos los pasos que estoy dando (…) Estoy a gusto con mi gente y mis compañeros: valoran muchísimo todos mis esfuerzos y avances del día a día, como yo valoro los de ellos”

Carta de Guillermo dirigida a Guti, compañero de Atiempo fallecido
“Querido Guti: Aunque ya no puedas leer estas líneas con los ojos físicos sé positivamente que las vas a leer con los ojos del corazón. Y me refiero al corazón de tu ser esencial, ese del que hablábamos en yoga, el que se convertía en luz blanca, brillante, que es lo que verdaderamente somos. (…) Cuando recibí la noticia de la gravedad de tu estado y de que estabas ingresado, me dio un vuelco el corazón, pero cuando estuve a verte en el hospital y me dijiste que te sentías muy querido por todos y no pensabas que fueses tan importante para los demás, me di cuenta de que estabas preparado para viajar al mundo de la luz. Y te fuiste feliz, sabiendo que eras muy querido, que tú también nos querías y que formabas parte de una familia además de la tuya propia. Tenías cubiertas tus necesidades básicas humanas, el amar y ser amado, sentirte formando parte de los que nos rodean (…).

Francisco
“Tengo 50 años. La mitad de ellos los he pasado en sitios no adecuados para nosotros, metido en tema de drogas. Empecé muy joven con pequeñas dosis de esta sustancia, la heroína, que destruyó mi juventud, echándome a la vida mala: robos y atracos para poder costearme mi dosis, volviendo a entrar en la cárcel y pagando varios años de encierro en prisión. Llevo desde 1998 sin tomar ninguna sustancia estupefaciente, por eso también he suprimido la metadona gracias a la pequeña ayuda que he recibido en un centro de ayuda llamado Atiempo, lugar en el que me están enseñando a reponerme de los malos ratos pasados. Me encuentro ahora bien. He recibido una gran ayuda con mis monitores, paso el tiempo alegremente, bien locuaz y me hacen olvidarme de malos pensamientos del tema droga. Estoy conociendo a gente que es de mi agrado y me considero ayudado y apoyado por todos los amigos y monitores y monitoras”.

Enrique
“Aparte de mis enfermedades, he tenido una vida un poco descentrada. Pero la vida te vuelve a dar otra oportunidad (por supuesto con ayuda). Al saber de mi enfermedad, me encontré un poco solo, aparte de que mi vida no iba muy bien encauzada. He llegado a ver por mi experiencia que hay gente que se interesa por nuestra situación sin recibir nada a cambio. Hasta que me sugirieron venir a este grupo Atiempo. A partir de entonces mi vida va cambiando, quizá por la gente que voy conociendo, por los profesores y profesoras que nos dan clase de distintas actividades que nos ayudan a seguir adelante de la mejor forma para los intereses específicos que nos marcamos cuando llegamos a estos extremos. Y, por supuesto, a nuestras monitoras que nos marcan un objetivo a cumplir. Desde entonces mi vida va cambiando poco a poco: la relación con mi familia que estaba a punto de perder, y con mis hijos que, aunque ya mayores, se daban cierta cuenta de que algo no funcionaba”.

Enrique
“A partir de estar en el centro, estoy aprendiendo a conocer a mis hijos y todo lo que me rodea, aprendo a valorar las cosas de la vida y muchas cosas que, aunque las conocía, no sabía valorarlas. Es posible que tenga para contar un libro de mi vida perdida entre las drogas y el alcohol. Pero no se trata de eso, se trata de que podemos tener otra oportunidad y aprovecharla, juntarse con la familia, hablar con los compañeros, y compartir ratos agradables lejos del mundillo de las drogas y del alcohol tal y como somos, cada cual distinto al otro y todos con la misma necesidad de prepararnos para una vida supuestamente mejor”

Atiempo tiene su sede en la calle de Ramón Pérez de Ayala 24 y sus teléfonos de contacto son: 913284966 y 660967330. Los interesados en tener más información puede acceder a la web: www.asociacionatiempo.org o contactar por correo electrónico a través de: info@asociacionatiempo.org.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.