Por Juan Rodríguez
Pues, a ver, llevarse un puntito de Anoeta no está nada mal. ¿Que el partido fue un poco tostón, y que no pasó prácticamente nada, y que la producción ofensiva del Rayo sigue bajo mínimos? Sí a todo. Pero un puntito en Anoeta es un puntito en Anoeta. Además, vamos a mirarlo con un cristal de color rosa (como las agujetas de la telenovela mexicana): ahora que a los franjirrojos les cuesta un mundo marcar un gol, ¡tiene un mérito inmenso empatarle a la Real Sociedad! A esta Real Sociedad, uno de los equipos más destacados de LaLiga, precisamente por su (desbocado) juego de ataque. Aunque, todo hay que decirlo, ha ido bajando sus prestaciones de un tiempo a esta parte. Será porque tienen la cabeza en la Champions, o en las ‘semis’ de Copa, o en… mira, no sé, no nos vamos a quejar; un puntito valiosísimo a la cazuela y a afrontar con optimismo la visita al Cívitas Metropolitano del próximo miércoles 31 de diciembre.
Pero yendo más allá del resultado, el partido salió peleón. Perdonad la imagen, pero me recordó mucho a aquellos filetes de ternera que nos ponían en el comedor de mi colegio, el Raimundo Lulio, que tenían casi tantas venas como carne y aquello no había quien se lo comiera. Había que estar ahí toma que toma, dale que dale, venga a masticar, venga a masticar… y nada, que el “bolo alimenticio” no se podía tragar. Pues el Real Sociedad-Rayo fue lo mismo, pero en partido de fútbol. Quién iba a sospechar que dos equipos ‘disfrutones’, que suelen proponer un juego vistoso y de ataque, iban a salir replegaditos. Pero, literalmente, replegados sobre sí mismos. Tanto Imanol Alguacil como Francisco Rodríguez decidieron alterar sus esquemas habituales y plantar sobre el campo un 5-3-2. En el Rayo tuvimos al Pacha Espina y Pep Chevarría sobre el campo al mismo tiempo y el universo no implosionó ni nada parecido. De hecho, son dos de los mejores jugadores de la plantilla y bien está buscarles hueco a ambos en el once inicial, pero… ¿un 5-3-2? ¿Es esto lo más aconsejable para acabar con el problema del gol de los rayistas (6 de los últimos 7 partidos sin marcar), meter un defensa más? Para meter goles, quizá no. Para lo del punto valioso, quizá sí.
Podríamos detallar todas las idas y venidas tanto de la Real (mayormente, Sadiq) como del Rayo (mmmmm… ¿Nteka?), pero dejémoslo en que fue como mandar a dos ejércitos a luchar el uno contra el otro tan solo con escudos. En una de mis notas para esta crónica, apunté: “Juego espeso”, en referencia a la falta de claridad en los pases finales por ambos equipos… pero, al leerla ahora, confundí mi propia letra y entendí: “Juego espejo”. Pues sí, la Real no jugó a nada; y, el Rayo, en perfecto reflejo, no jugó a gran cosa.
El próximo partido del Rayo es el miércoles 31 de enero a las 21 horas en el Cívitas Metropolitano contra el Atlético de Madrid
El ranking:
El héroe del partido: La afición del Rayo. Al comienzo de la segunda parte, los bukaneros sacaron una gran pancarta recordando la figura de Aitor Zabaleta, el aficionado de la Real Sociedad que falleció hace 25 años. El gesto obtuvo el aplauso de Anoeta.
El villano: Unai López, que intentó presentarse a los Premios Feroz, aunque estuviera fuera de plazo, cuando allá por el minuto 10 hizo la croqueta en el césped y, al ver que el árbitro no pitaba falta, se levantó de un respingo.
El datito: 0 disparos a puerta del Rayo Vallecano en todo el partido (de sus 5 disparos, 2 se marcharon fuera y 3 fueron bloqueados por defensas).
Declaraciones:
Francisco: «Partido muy táctico. A nivel defensivo el equipo estuvo de diez».
Aridane: «En líneas generales hemos estado muy bien. Defensivamente hemos hecho un muy buen partido. Hay que seguir en esta línea de mantener la portería a cero».
Lejeune: «Fue un partido muy cerrado. Hemos sido muy solidarios a nivel defensivo. Muy contentos por el esfuerzo y el compromiso del equipo».
Dimitrievski: «Nos hubiera gustado ganar, pero contento y satisfecho por el empate. El equipo hizo un gran trabajo ante un gran equipo. Defensivamente hemos estado excelente».
