El III Paseo Cultural homenaje a la Poético de la Escuela de Vallecas será el próximo 13 de octubre
Por Redacción / Vallecas VA /
Durante este año se han sucedido diferentes acontecimientos cuya finalidad ha sido conmemorar el 80º aniversario del final de la Guerra Civil. Uno de los episodios más significativos es el de la “retirada”, en la que medio millón de personas se vieron obligadas a huir de una manera masiva, hecho que representa uno de los grandes dramas humanitarios de Europa en el siglo XX.
Muchos de estos refugiados terminaron hacinados en campos de concentración franceses, como el de Argelès-sur-Mer, en donde hubo más víctimas que en algunos de los campos de exterminio nazi. En medio de todo este desaliento brotó la esperanza, al menos en unas dos mil personas, gracias a la tarea de Pablo Neruda.
Aquí comienza la historia del Winnipeg, el barco que fletó el gobierno de Chile para poner a salvo a un grupo de españoles que habían perdido su patria. Neruda recibió una carta de Rafael Alberti, en el verano del 1939, donde le relataba las desventuras de los españoles exiliados en Francia. Neruda convenció al presidente de Chile, Pedro Aguirre, de que aceptara a estos dos millares de españoles. Una vez dado el primer paso, Neruda se trasladó a París para la recaudación de fondos. El 3 de septiembre del 39 el barco arribó en el puerto chileno de Valparaíso.
Por otro lado, cerca de un año antes, la República envío a Rusia un contingente de niños para evitarles los rigores de la guerra, que estaba en una fase especialmente cruenta, cercano su desenlace. A estos “niños de la guerra” les acompañaron, entre otros, Clara Sancha y su marido, el escultor panadero, Alberto, impulsor de la Escuela de Vallecas. Alberto Sánchez nunca pudo volver a España, falleció en Moscú el 12 de octubre de 1962.
Poco antes de morir, en el mes de julio, Alberto recibirá la visita de su viejo amigo Neruda. Como era costumbre en otros muchos poetas, -tal es el caso de Alberti-, Neruda ya le había dedicado, en una visita anterior, unos versos para la serie del ‘Invernadero de sonetos’ que colgaban bajo la pared del estudio de Alberto, cuando residía en el barrio moscovita de Cheriómushki. Sin embargo, en esta ocasión, Neruda se quedará embelesado con una de sus últimas creaciones, ‘El cazador de raíces’.
Tal obra se custodia en el Museo del Patio Herreriano de Valladolid y destaca por su carácter primitivista que pone de manifiesto la íntima relación de Alberto con la naturaleza. Según Valeriano Bozal, esta figura posee la fuerza enigmática de un tótem y su verticalidad parece ligar el cielo con la tierra. Neruda rindió homenaje a su amigo el escultor, dando el mismo título a uno de los libros que componen su poemario ‘Memorial de la Isla Negra’.
En recuerdo
Todos estos ingredientes son los que va poner en juego la Mesa de Cultura de Villa de Vallecas para la celebración de su III Paseo, el próximo día 13 a partir de las 10 horas, bajo el lema ‘Raíces que nutren la Memoria de la tierra’. Un recuerdo a esos españoles que no pudieron volver a su patria, pero que nunca permitieron la muerte de las raíces que les aferraban a su tierra. Un Paseo que, para esta ocasión, espera alcanzar una cifra superior al centenar de personas y contará con la presencia de varios artistas participando de una manera desinteresada.