Por Isa Mendi
El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha, del 11 al 25 de noviembre, una consulta popular a través de la web de participación municipal, Decide Madrid, para preguntar a los vecinos de Puente de Vallecas si quieren la ampliación del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) a la mayoría de los barrios de su distrito.
El cuestionario al que deberán responder constará de dos preguntas. La primera tratará sobre el tiempo que tarda cada conductor en poder aparcar en su barrio, entre menos de un cuarto de hora y más de 30 minutos, mientras que la segunda será más directa: “¿Estás a favor de que se implemente el SER en tu barrio?”. La propuesta será sobre cinco de los seis barrios: San Diego, Portazgo, Numancia, Palomeras Bajas y Palomeras Sureste, quedando fuera de momento Entrevías.
“Cómo nos alegramos de que Puente de Vallecas pueda ponerse al mismo nivel que Retiro o el resto de distritos de la periferia donde el SER ya está funcionando con gran éxito entre los vecinos. El aparcamiento en Vallecas deber ser para los vallecanos”, defiende el Colectivo Vallekas Sostenible en su cuenta de X.
Pleno de noviembre de 2023
Esta iniciativa llegará casi un año después de que la Junta Municipal aprobara, el 2 de noviembre de 2023, con los votos a favor de PP y de Más Madrid, a iniciativa de este último grupo, la instalación de parquímetros en los barrios de San Diego, Numancia y Palomeras Bajas. El entonces concejal de Más Madrid y actual secretario general de Movilidad Sostenible, Álvaro Fernández Heredia, aseguró que Numancia y San Diego “son barrios que sufren una presión extrema de aparcamiento», en concreto, constituyen «los dos barrios con mayor ocupación de aparcamiento de todo Madrid». Según un estudio realizado por la EMT, la ocupación de estacionamiento en la vía pública en Numancia es del 125%, pero en San Diego es aún peor al llegar al 175.
«Esto sucede porque el 26 y 75% del aparcamiento en estos barrios se da en una situación ilegal. Esto quiere decir que los coches se estacionan sobre aceras, en vados, esquinas y en cualquier lugar no destinado a este uso, con lo que eso implica en problemas de inseguridad vial y accesibilidad para las personas de movilidad reducida», añadió el edil.
Esta alta ocupación contrasta con el otro lado de la M-30, en el barrio de Las Adelfas (Retiro), donde sí hay regulación de aparcamiento y la ocupación es del 36%. Más Madrid denunció públicamente que «una vez más, la M-30 se presenta como barrera de dos realidades que se tocan, pero son muy diferentes».
Por otro lado, el principal grupo de la oposición argumentó que la alta ocupación no se debía únicamente al aparcamiento de los residentes. «La buena situación de estos barrios en torno a una línea de Metro y su cercanía con una infraestructura de alta capacidad como la M-30 hacen que sean utilizados por conductores no residentes como aparcamientos disuasorios no deseados: llegan allí desde sus zonas de origen y eligen estos barrios para depositar sus coches durante el día mientras que continúan el viaje en Metro», indicó.
Este uso «es especialmente negativo dado que ese tipo de usuario ni vive, ni consume ni habita en el barrio, sólo lo utiliza como almacén de coches», una situación de la que alertó Álvaro Fernández Heredia que «no sólo ocurre con usuarios ocasionales o frecuentes que aprovechan la no regulación para dejar el coche y continuar el viaje, sino que es habitual que también se dejen muchos coches, furgonetas y otro tipo de vehículos con aparcamiento de larga estancia para otras finalidades».