Las situaciones de violencia crecen día a día, tanto en lugares lejanos o no tan lejanos, como muy cercanos. Los ejemplos de Gaza y Líbano, de Rusia y Ucrania y, mucho más cerca, en Cañada, así nos lo muestran.
En este mes de octubre, tenemos dos grandes motivos para no olvidarnos de la creciente deshumanización de los responsables de los diferentes gobiernos al permitir que se siga ejerciendo tanta violencia gratuita. Ejemplos de ello son: el 2 de octubre de hace cuatro años el sector 6 de la Cañada se quedó sin luz y siguen sin hacer nada efectivo para que vuelva. El 7 de octubre de hace un año comenzó la extremada escalada de violencia en la delicada situación entre Israel y Palestina.
Del otro lado, también en este mes de octubre, el día 2, declarado Día Internacional de la Noviolencia, se inició la III Marcha Mundial por La Paz y La Noviolencia.
¡Démosle una oportunidad a la paz y a la noviolencia!, que es la única vía, la única salida con futuro para la humanidad.
La violencia, por mucho que algunos la quieran legitimar, solo genera más violencia.
Ante las situaciones que estamos viviendo, se nos genera un sentimiento de impotencia, indignación, etc. que muchas veces no sabemos cómo canalizar. Hacemos actos, manifestaciones, huelgas, … y siempre flota en el ambiente, ¿realmente sirven estas acciones para que la creciente violencia enloquecida pare? Entonces, para la pregunta, la reiterada pregunta, ¿qué más podemos hacer?, a veces no tenemos respuesta.
En algún momento habrá de surgir desde el fondo de nuestras almas, y desde un desgarrador ¡basta ya¡, respuestas, acciones ejemplares que, abriéndose paso y contagiándose unas a otras, vayan dando dirección a este momento tan delicado de la especie humana.
No queda otro camino. Crear conciencia es conseguir que, ante cada situación de violencia, nuestra indignación pase a la acción y hagamos algo, individualmente y en conjunto. Tenemos que conseguir que, al igual que se ha creado cierta conciencia con la ecología y con el feminismo, en esta ocasión sea con la paz y la noviolencia, para que desde sus raíces construyamos el mundo que nos merecemos.
Ese es el sentido de la III Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia. Aprovechemos que se pone en marcha para realizar actividades durante los tres meses que dura.