Por I. Mendi
Ni el frío ni las recientes lluvias que llenaron de barro los caminos impidieron el domingo 21 de enero que más de 300 vecinos exigieran, un año, más la clausura de la planta de Las Lomas, donde se queman una buena parte de los residuos de la capital, por su perjuicio a la salud de la población más cercana, los vecinos de barrios como el Ensanche de Vallecas, la Cañada Real o El Cañaveral y del municipio de Rivas-Vaciamadrid. La V Marcha por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, organizada por Ecologistas en Acción Madrid, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), partió a las 11 de la mañana de Metro La Gavia y finalizó en mismo lugar tras completar los 9 kilómetros de recorrido y realizar una parada ante el depósito de cenizas de la incineradora.
En el acto, que sirvió también para denunciar la actual política de residuos del Gobierno regional, participaron miembros de las mancomunidades de residuos del Este, Sur y Noroeste, ya que en las dos últimas se está tramitando la ampliación de los vertederos de Pinto-Getafe y Colmenar Viejo.
Frente al polémico depósito de cenizas, los organizadores de la protesta leyeron el comunicado que a continuación se reproduce:
“No quieren cerrarla, pero no vamos a parar hasta conseguirlo
El Ayuntamiento de Madrid ha dejado claras cuáles son sus intenciones respecto a la incineradora: seguirá quemando basura al menos hasta 2035. La Estrategia de Residuos, actualmente en tramitación, justifica el mantenimiento de la incineradora de Las Lomas como uno de los elementos básicos en la gestión de los residuos de Madrid. Y lo justifica con los argumentos del futuro crecimiento de la población y al aumento del consumo. ¡Falso!: la incineradora solo se puede justificar ante la falta de políticas de reducción y ante la ineficiencia de un modelo de gestión que imposibilita la recuperación y reciclaje de los materiales en los objetivos marcados por la legislación.
Hay que tener las cosas claras. El Ayuntamiento de Madrid no va a desarrollar políticas de prevención y no va a cambiar hacia un modelo más sostenible, debido a que los residuos son un gran negocio para un puñado de empresas que tienen repartidas convenientemente la recogida y la explotación de las distintas plantas que componen el Complejo Tecnológico de Valdemingómez. Y, por tanto, Almeida y el delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante harán todo lo posible por alargar la vida de la incineradora allá hasta donde se pueda, operando a pleno rendimiento.
Nada importa la salud de los madrileños y madrileñas cuando lo que está en juego es el mantenimiento de los beneficios empresariales. Ante esta realidad, de nada les vale que el único estudio epidemiológico realizado por el Ayuntamiento de Madrid señale una presencia de dioxinas y furanos en el Ensanche de Vallecas que triplica a la obtenida en la calle Montesa del distrito Salamanca. Estos compuestos peligrosos están señalados en diferentes estudios por su relación con el incremento del riesgo en la población de contraer diversos tipos de cáncer y enfermedades graves.
Tampoco les valieron los resultados del único biomonitoreo realizado en huevos, hojas de coníferas y musgos en los alrededores de Las Lomas, estudio realizado por un laboratorio holandés independiente, siguiendo un protocolo aceptado por la comunidad científica. Con este estudio, los colectivos Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, la FRAVM y GRAMA demostramos que en los alrededores de la incineradora se concentran niveles alarmantes de contaminantes peligrosos para la salud de la población y el medio ambiente.
Parece evidente que en Madrid los residuos, el medio ambiente y la salud importan bien poco a quienes gobiernan. Pero, para su desgracia, han topado con organizaciones y con vecinos y vecinas que no se resignan en que se mantenga la incineradora y su contaminación. Las organizaciones que componemos la Mesa por el Cierre de la Incineradora de Valdemingómez vamos a seguir trabajando para cerrar esta ineficiente planta y para cambiar el modelo de gestión de residuos. Por ello, Ecologistas en Acción de Madrid, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA) exigimos:
- Un plan de cierre de la incineradora, que respete el plazo de cierre definitivo en 2025.
- La realización de mediciones mensuales en inmisión de contaminantes orgánicos persistentes, en el entorno del Parque Tecnológico de Valdemingómez, realizadas por un organismo independiente y que dé público acceso a los datos de forma transparente y continua.
- La creación de una Comisión de Seguimiento del Plan de Cierre de la Incineradora de Valdemingómez, participada por entidades sociales, vecinales y ecologistas.
- La retirada de la Estrategia de Prevención y Gestión de Residuos, actualmente en tramitación, y la redacción de una nueva bajo los principios de la economía circular y residuos cero y con una participación real y efectiva de la sociedad”.