La violación de los derechos humanos no cesa en Cañada Real

Diferentes colectivos siguen denunciando y apoyando sus reivindicaciones

La violación de derechos humanos en la Cañada Real continúa desde 2020

Por Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz de Cañada Real Galiana

En nuestras actuales sociedades, algunos poderes públicos están utilizando con intensidad su gran capacidad de desinformación y adormecimiento de la población para mantener sus execrables e injustificables acciones. Y frente a ello, el vecindario que sufre directamente las consecuencias de esas acciones está actuando con toda la dignidad, acudiendo a los mecanismos jurídicos de defensa de sus derechos y pidiendo al conjunto de la ciudadanía que al menos no olvide su sufrimiento, porque es la única manera de poder algún día terminar con el mismo.

Todo el que quiera conocer la realidad, sabe perfectamente que Israel está cometiendo un genocidio con el pueblo palestino; que 7.291 personas mayores murieron de forma indigna en las residencias de la Comunidad de Madrid por las decisiones directas y conscientes del Gobierno regional; y que se están vulnerando los derechos humanos de más de 8.000 personas, más de 1.800 niños y niñas, en la Cañada Real, desde que, el 2 de octubre de 2020, Naturgy, la Comunidad de Madrid y los Ayuntamientos de Madrid y Rivas Vaciamadrid, con la complicidad del Gobierno de la Nación, les cortaron el suministro eléctrico. Esa es la realidad, y el que quiera informarse tiene a su disposición, accesible en Internet, documentos, informes y libros realizados por agencias internacionales, expertos independientes, periodistas y miembros del propio Gobierno de la Comunidad de Madrid que la atestiguan de forma clara y fehaciente.

La verdad nunca ha estado más al alcance de la sociedad. Y, sin embargo, la mayoría prefiere mantenerse desinformada o adormecida, aceptando acríticamente las estúpidas consignas que esos poderes públicos lanzan inmisericordemente: que son consecuencias de un ataque de legítima defensa; que se iban a morir igualmente; o que la culpa es del mantenimiento de plantas de marihuana.

Ajenos al sufrimiento

Las poblaciones que están sufriendo las atroces consecuencias de esas tropelías de los diferentes gobiernos han acudido a las instituciones nacionales e internacionales defensoras de los derechos humanos y todas les han dado la razón, pero nadie actúa para poner fin a sus sufrimientos. Y ante esa situación, es impresionante su actitud digna, pidiendo sólo dos cosas: a las instituciones jurídicas, que les restituyan en sus derechos y se haga justicia con los responsables; y al conjunto de la sociedad, que les ayuden con sus reivindicaciones y, al menos, no dejen de hablar de ellas y su situación. ¿Se nos puede pedir menos ante casos tan graves de violación de derechos humanos?

Apoyemos las justas reivindicaciones de la población palestina, de los familiares de los fallecidos en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia y de los habitantes de la Cañada Real Galiana. No dejemos nunca de hablar de ellos y de denunciar las violaciones de derechos que siguen sufriendo.

 

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