Por Emilia Sánchez, profesora de Formación Profesional
Cerca de 30.000 personas se han quedado fuera de las plazas públicas de Formación Profesional (FP) para el curso 2023-24 en la Comunidad de Madrid. Esto supone un auténtico drama para muchas familias, que ven truncadas sus expectativas de formarse y conseguir un trabajo mejor remunerado y considerado que el que tengan actualmente, o simplemente conseguir un trabajo. Aún recuerdo a Silvia, una madre desesperada que contactó conmigo hace tres cursos. Su hija se había quedado fuera de todas las plazas, tenía 19 años y ella, como madre, no quería para su hija un futuro de limpiar escaleras y casas como su presente. Con mucho esfuerzo (ganaba poco más de 800 euros) había conseguido ahorrar los 400 euros de la matrícula del ciclo que quería estudiar su hija (un precio prohibitivo para muchas familias), renunciando a muchas cosas y ahora veía que su sacrificio no servía para nada: no tenía plaza.
La Comunidad de Madrid ha recibido del Gobierno de España para Formación Profesional las cantidades de 53,08 millones en 2022, y en 2023 el montante total ascendió a 160,7 millones de euros.
A pesar de esas cantidades, los institutos públicos están completamente abandonados, necesitados de reformas estructurales y actualizaciones de maquinaria, instalaciones y software, de forma que les resulta prácticamente imposible competir con los centros privados. Se han abierto nuevos ciclos atractivos en centros privados (que no en los públicos) y ha entrado el capital riesgo en la FP madrileña, a través de fondos de inversión al calor del recién descubierto negocio de la FP. La Comunidad de Madrid sostiene ese negocio mediante su cheque FP: hasta 3.500 euros por alumno para aquellos que estudian en centros privados.
La carga lectiva de los docentes es la más alta de España. Junto a las ratios desbordadas, los docentes están completamente sobrepasados de trabajo. No es lo mismo atender a 25 estudiantes que a 38: corregir trabajos, exámenes y prácticas y atender a 38 personas, cada una con sus características. Buscar empresas para que el alumnado pueda realizar las prácticas formativas es mucho más difícil habiendo reducido a 2 ó 3 horas el crédito lectivo para esta función. Imposible visitar 38 empresas en esas mismas 3 horas, cada 15 días, una vez comenzadas las prácticas. Todo esto conlleva una labor docente en las peores condiciones posibles, con una carga burocrática enorme y tareas formativas que para nada son las recogidas en la LOE.
Futuros empleos
El 85% de los empleos que habrá en 2030 no existían hace cuatro años: Nueva tecnología avanzada de la información, Máquinas-herramientas automatizadas y robótica, Equipos aeronáuticos, Equipo de transporte ferroviario moderno, Vehículos basados en energía, Nuevos materiales, Biofarmacia y productos médicos avanzados. Estamos creándolos y formando a los futuros trabajadores, pero para la Comunidad no es una prioridad.