ASOCIACIÓN DE VECINOS ALTO DEL ARENAL · COMISIÓN DE FIESTAS DE LA KARMELA.
Una “k” en el corazón, miles de luchas obreras. Pero, aún así, a Vallekas le seguía faltando algo: un espacio donde construir nuestras utopías, un espacio singular, distinto, donde mostrar a nuestros convecinos que la sociedad del “nadie es más que nadie” es posible. Ése fue el pensamiento que recorrió las mentes de muchos de los que por aquel entonces, hoy hace una década, ponían de nuevo la piedra para el asentamiento de las fiestas populares de Vallekas, “La Karmela”.
Así, gentes de diversos colectivos, desde la Asociación Republicana de Amigos de Vallecas y Alrededores (hoy Ateneo Republicano) a la Asociación de Vecinos Alto del Arenal, pasando por Tele-K, La Cofradía Marinera de Vallekas, las J.C.R. (hoy Yesca), la Cooperativa de Vivienda Joven Alto del Arenal e Izquierda Castellana, unían sus fuerzas, sus iniciativas y sus experiencias para generar una utopía de cuatro días, donde la solidaridad, la cultura popular y el compañerismo fueran una constante. Unas fiestas sencillas y modestas, pero tan importantes cualitativamente para Vallekas que asentarían en las mentes de los y las vallekanas la idea que hoy recorre este barrio de arriba abajo: “sí se puede, siempre y cuando exista voluntad popular”.
Muchos pensarían: “locos”, “ilusos”… Y muchos otros no quisieron subirse en el barco de aquel proyecto que se empezaba a tejer en el 2004. Sin apenas medios ni recursos, las gentes de este barrio supieron lo que querían y cómo lo querían. No querían unas fiestas sin participación popular, no querían unas fiestas de arriba abajo; querían unas fiestas que construyera el pueblo para sí mismo. Desde abajo y a la izquierda se empezó a escribir la historia de esta Karmela, que hoy goza de tan buena salud. Un proyecto ambicioso y pequeño que plantaba cara a aquellas fiestas del Carmen, que contaban con todos los medios a su alcance, económicos y materiales.
En aquel 2004 se empezaba a escenificar aquella lucha de David contra Goliat, de los y las vecinas de Vallekas y la Junta Municipal, de “Las fiestas del Carmen” contra “la Karmela del ¡Ay Karmela!”; una lucha que, sin duda, no iba a ser fácil ni un camino de rosas. Pero la resistencia, el coraje y la nobleza, como dice el himno de la franja roja de Vallekas, hicieron posible que aquel combate se tornara poco a poco en victoria.
Aquel primer año las fiestas no fueron muy numerosas, pero sin duda fueron un éxito. Y año tras año cada vez éstas fueron adquiriendo un carácter más popular. Teatro, talleres para niños, conciertos, charlas, juegos populares castellanos, fueron llenando de colorido estas fiestas, convirtiéndolas en ese crisol de colores tan diversos que hoy es “La Karmela”.
El año 2008 marcaría un antes y un después. Las fiestas volvían al lugar del que nunca debieron salir, el recinto ferial, una reivindicación histórica de los y las vallekanas. Sin duda, aquellas fiestas fueron un ejemplo de aquella sociedad del mañana que todo Vallekas queríamos construir y un éxito por la cantidad de personas que allí acudieron; tanto es así que la Junta interpretó aquello tan rápido como nosotros y se negó a volver a posibilitarnos aquel espacio. Pese a ello, el pueblo de Vallekas nunca se cansó de reivindicar aquel espacio, manifestaciones, protestas. Nuestra voz llegó hasta el pleno municipal, lugar donde nuestras voces se encontraron con la represión, dejando el resultado de tres compañeros detenidos, dos compañeros magullados y los cinco juzgados. Finalmente, el arrope popular hizo que aquello terminara con la absolución de los nuestros. A la par de aquello, las fiestas se siguieron realizando en la ya mítica plaza del Nica, y por aquel entonces éstas ya se habían convertido en las auténticas fiestas de Vallekas. Sin duda, David ya había ganado a Goliat; decenas de grupos, humildes y míticos, cientos de actividades culturales, millones de sonrisas, habían consagrado las fiestas de “La Karmela” y las fechas de mediados de julio en la memoria colectiva del vecindario que conformamos este barrio.
Sin embargo, la lucha por el recinto nunca se olvidó. Aquellos torneos de golf reivindicando el espacio, aquella ocupación fallida del año pasado (malditas farolas, jajajaja), para realizar un concierto en el recinto ferial y el esfuerzo de todo el vecindario, han posibilitado que hoy el movimiento popular vallekano pueda volver a disfrutar de unas fiestas en el lugar de donde nunca debieron salir.
Gracias a toda la gente que ha hecho y hace posible junto a nosotros y nosotras estas fiestas. Gracias a vosotros y vosotras conseguiremos que, un año más, esfuerzos, sonrisas, cansancios, alegrías, cultura y fiesta vuelvan a inundar las calles de nuestro barrio. Un año más volveremos a generar ese espacio que muchos creen utópico, pero que cada año convertimos en realidad, donde común es el sol y el viento y la tierra; ese espacio libre de racismo, sexismo y capitalismo. La Karmela es y será la expresión de la cultura popular vallekana. ¡Gracias!
Agradecimientos
Los vecinos y vecinas del Alto del Arenal merecemos unas fiestas dignas y acordes con los valores presentes en nuestro barrio. Unas fiestas que, desde sus inicios, han mantenido su carácter popular, siendo íntegramente autogestionadas por los vecinos y vecinas y al margen de intereses comerciales. Unas fiestas cuya continuidad ha sido posible gracias a la persistencia del Ateneo y cuyo relevo asumen en este 2014 otras organizaciones y colectivos del barrio, junto con la Asociación Vecinal. Vaya para ellos nuestro agradecimiento y también para todos aquellos comerciantes del barrio cuya colaboración durante años ha permitido la celebración de estas fiestas, así como la de todos aquellos grupos musicales y gentes en general que han entendido que es posible “hacer barrio” únicamente con el esfuerzo del barrio organizado.
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