Por Isa Mendi
La Atalaya no se acaba. Este fue el mensaje alto, claro y conciso que mandaron los responsables del centro social autogestionado que ha desarrollado durante los últimos 10 años diferentes actividades en el edificio ocupado del antiguo instituto Magerit de Vallecas (calle de Puerto de Milagro, 2), y también el vecindario que salió por la tarde en una multitudinaria manifestación el pasado martes 26 de noviembre para protestar contra el desalojo del inmueble, propiedad de la Comunidad de Madrid, llevado a cabo por la Policía Nacional, sin incidentes y sin detenciones, a primera hora de la mañana. ’10, 100 y 1.000 centros sociales’ fue uno de los lemas más repetidos por los asistentes a esta movilización.
Al término de la protesta, una portavoz leyó un comunicado elaborado por el centro social. “Siete dotaciones de UIP han desembarcado en el CSO Atalaya para ejecutar un desalojo sin presentar orden alguna, y sin previo aviso (…) En el proceso de desalojo se ha intentado negociar el poder recuperar los materiales del interior del CSO. Los representantes del IVIMA se han mostrado favorables, pero la UIP de Delegación del Gobierno, ha acotado a que solo pudiesen sacar los materiales 10 personas identificadas durante una hora”, comentó.
“Puerto del Milagro 2 era un instituto no solo vacío, sino totalmente abandonado al vandalismo por las instituciones en un barrio donde cada vez vemos más recortados los servicios públicos. Hace una década, unas decenas de jóvenes decidimos entrar y recuperar este espacio público para darle una actividad social, cultural y política al servicio de los intereses e inquietudes de la juventud vallekana y de toda la población. Algo no solo positivo para el barrio, sino totalmente legítimo desde cualquier punto de vista. Durante estos 10 años decenas de miles de personas han pasado por sus pasillos, patios o talleres. Ha tocado la vida de todas esas personas y tejido redes de apoyo mutuo que ya nunca se podrán borrar”, añadió.
Por otro lado, aludió a los intentos de desalojo superados “demostrando siempre ante la institución que tocase que La Atalaya Resiste”. “Queremos señalar a los responsables de esta atrocidad contra el vecindario y contra el movimiento popular. Al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, del PSOE; y al director de la Agencia Social de la Comunidad, Eusebio González, del PP. Vallekas no olvida, y Vallekas no perdona. Pero, sobre todo, Vallekas no se rinde y seguiremos luchando, creando espacios y movimiento popular, hasta vencer y recuperar lo que, como trabajadores y trabajadoras, nos pertenece: todo”, apostilló.
Apoyo y solidaridad
El movimiento vecinal también quiso mostrar su apoyo y solidaridad a La Atalaya, un proyecto, que, en sus 10 años de vida, según la FRAVM, “se había consolidado como un polo de vida cultural, social, deportiva y política esencial en el barrio, en Vallecas y en la ciudad”. “Nos parece de locos que nuestros gobernantes prefieran mantenerlo a merced de las ratas y el olvido, o derribarlo, a que un grupo de jóvenes lo mantenga, lo gestione, ofreciendo al barrio, al distrito y a la ciudad todo tipo de actividades. Pero parece que todo lo que quede fuera de la lógica del mercado, del lucro, ha de ser desalojado, perseguido, combatido”, lamentaron desde la federación regional. “Frente a esa lógica, apostamos por construir espacios colectivos, comunitarios, donde prime la cooperación y el intercambio y la búsqueda del bien común, espacios como La Atalaya, que ha sido desalojado, pero que sin duda volverá a nacer, y estaremos ahí para darle la bienvenida”, apostillaron.
El Centro Social Okupado (CSO) La Atalaya fue inaugurado en diciembre de 2014 tras la okupación del IES Margerit de Vallecas, propiedad del IVIMA, actual Agencia de Vivienda Social, que estaba abandonado desde el cierre del centro educativo. La idea del Gobierno regional es que en ese edificio vuelvan a ofrecerse viviendas sociales.