Explotación de mujeres en la industria textil

Por Sandra Candelas Tejada, coordinadora del Espacio de Igualdad Elena Arnedo

Una de las leyendas sobre el origen del Día de la Mujer Trabajadora que más presencia tiene es la tragedia de la fábrica Triangle Shirwaist Company del 25 de marzo de 1911 en la que murieron 146 personas, 129 mujeres y 17 hombres, siendo la mayor parte de ellos migrantes.

El incendio se inició a media tarde y las llamas se propagaron rápidamente por las 3 plantas del edificio. La fábrica estaba especializada en la confección de blusas de color morado. Por ese motivo el cielo de Nueva York se tiñó de color morado ese día. Algunas versiones atribuyen la causa a una colilla mal apagada (las empleadas fumaban a escondidas, porque no tenían derecho a ningún tipo de descanso y trabajaban 60 horas a la semana); otras a una chispa provocada por una máquina; y otras, a una clara intención de los dueños para cobrar el seguro. La víctima más joven tenía 14 años y la mayor, 48 años.

Este incendio tuvo un gran impacto en la opinión pública. Más de 200.000 personas acompañaron al cortejo fúnebre por las calles de Nueva York. En los años siguientes se empezaron a aprobar normativas que regulaban las condiciones de seguridad en el trabajo, crecieron los sindicatos y se produjeron importantes huelgas y manifestaciones de mujeres para exigir la igualdad salarial.

Pero pese a todos los avances en materia de seguridad y derechos laborales, la lucha por los derechos de las trabajadoras textiles sigue estando empapada de graves tragedias y violaciones de derechos humanos. Uno de los últimos ejemplos fue el desplome en Bangladesh del edificio de producción textil Rana Plaza en 2013, provocando la muerte de 1.138 personas, en su mayoría mujeres.

Externalización de la producción

Cada vez más, marcas de ropa externalizan la producción a países como Bangladesh, India o Marruecos, pero también a México, Guatemala, Honduras, Brasil o El Salvador, donde los derechos de las trabajadoras son casi inexistentes y el salario mínimo es muy inferior al de los países occidentales donde venden sus productos. En estas fábricas, las trabajadoras (muchas de ellas mujeres jóvenes muy pobres que proceden de zonas rurales y sin estudios) se ven expuestas a situaciones de explotación laboral, realizando jornadas de hasta 12 horas diarias por un salario de menos de 3 dólares por turno. No cuentan con derechos tan básicos como coger una baja, no tienen vacaciones y, por supuesto, no pueden constituir un sindicato. Y en casi todas las ocasiones, son objeto de situaciones de violencia física y sexual.

Y aunque existen tímidas medidas o leyes nacionales e internacionales para promover la igualdad de género y proteger a las trabajadoras, la mayor parte de las empresas ignoran estos derechos para dar respuesta a las demandas de consumo inmediato, barato y poco sostenible de la moda que consumimos en países como España.

Este 8 de marzo volvemos a tener la oportunidad para profundizar en las reflexiones feministas sobre los impactos que este tipo de empresas y estilos de consumo tienen sobre la vida, el trabajo y los cuerpos de muchas mujeres. Es importante visibilizar esta desigualdad y erradicarla, generando alianzas con las situaciones que viven muchas mujeres en el mundo.

ACTIVIDADES ESPACIO DE IGUALDAD MARÍA MOLINER

Teatro social

Lunes 11, 18 y 25 de marzo, de 16:30 a 18 horas

ACTIVIDADES ESPACIO DE IGUALDAD ELENA ARNEDO SORIANO

Presentación del libro ‘La huelga de las niñas de Induyco’, de María José Gallego

Lunes 18 de marzo, de 18 a 20 horas

Ciclo de conferencias: La historia del cine según las mujeres

Martes 12, 19 y 24 de marzo, de 18 a 19:30 horas

‘Wet dreams’, sueños húmedos              

Jueves 21 de marzo, de 11 a 13 horas

Salud financiera

Miércoles 13 y 20 de marzo, de 11 a 13 horas

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