¡Esto es Vallecas!

Rayo Vallecano 1 (Sivera, 79’ p.p.) – Alavés 0. Estadio de Vallecas. Jornada 11 de LaLiga EA Sports, 26 de octubre de 2024

Los jugadores del Rayo celebran el tanto de la victoria. Foto: Rayo Vallecano

Por Juan Rodríguez

Diez espartanos, perdón, quise decir rayistas, resistieron más de una hora sobre el campo las acometidas del Alavés (no fue aquello como las flechas que silbaban hasta estrellarse en los escudos de los chicos de Leónidas, pero algo hubo) y casi hicieron bueno aquello de que “con diez se juega mejor que con once”. Porque a ver si no cómo explicamos que el equipo recuperó sensaciones perdidas en el último encuentro. Me refiero específicamente a la resistencia, al espíritu de grupo, al pundonor… que le hicieron no solo aguantar con un hombre menos, sino conseguir la victoria. Este 1-0 en casa tan sufrido ante el Alavés demuestra que este Rayo 2.0 de Íñigo Pérez es un equipo más sólido, comprometido y decidido que el que vimos en buena parte de la campaña pasada. Si quieres quitarle algún punto al Rayo, vas a tener que sudar. Y a gotas de sudor es complicado ganarle.

El gol que le dio el triunfo a los de Vallecas quedará en los registros como autogol de Sivera, sí, pero aclaremos que Gumbau fue el autor intelectual del asunto: si su (descomunal) tiro no pega al larguero luego no le hubiera rebotado en la mano al portero del Alavés y no se hubiera introducido en la portería del conjunto de Luis García Plaza (un entrenador, perdonad que aproveche esta tribuna para decirlo, como la copa de un pino, si bien la racha que atraviesa actualmente su equipo no es como para tirar cohetes). Sivera, recordemos, no es precisamente un don nadie en el mundo del fútbol y las porterías: fue campeón de Europa sub-19 y sub-21 con la selección española como arquero titular. Casi nada al aparato. Pero la suerte cayó del lado del Rayo y de Gumbau, un jugador más que interesante, con prestaciones similares a las de su particular físico: es flexible y parece omnipresente. Si nos propone ahora añadir la prestación de “tirazos con rebote que acaban en gol”, se la aceptamos. Con todas las prestaciones, como los coches.

El Rayo empezó disparado el partido, quizá para reparar la mala imagen ofrecida en su último partido, quizá por orden expresa de su técnico para ahogar al Alavés en los primeros minutos de juego, ¡quizá en homenaje al ‘hit single’ ‘A toda mecha’ de los Santa Justa Klan! Por lo que fuera, salieron como una moto, como si el partido les quemara, como si quisieran despacharlo pronto que luego tenían cosas que hacer. Pero varias ocasiones falladas y, sobre todo, el VAR, le dijeron algo así como “nasti de plasti” (no sé por qué el VAR hablaría en argot, pero el VAR es capaz de casi cualquier cosa).

Estábamos por el minuto 21 de juego cuando Mumin le hizo falta fuera del área a Toni Martínez y, como era el último jugador y aquella ocasión pintaba muy pero que muy bien para el Alavés (“ocasión manifiesta de gol” -a ver si se le manifiestan más al Rayo, por cierto-), pues lo mandaron a la caseta de vestuarios con una tarjeta roja. El cambio de plan de partido se hizo efectivo inmediatamente: la franja se contrajo, a defender todos, prietas las filas. El plan de partido era resistir. De eso, como decimos, el Rayo sabe un rato (¿o no vamos a seguir en Vallecas tras tanta mandanga y globos sonda en los medios de comunicación de ciertos políticos?).

La segunda parte fue más de lo mismo, con el Alavés especialmente insistente en busca del gol, como si le tuviera inquina al Rayo, como ese mosquito tigre que te zumba en el oído toda la noche camino del picotazo final… El Rayo seguía quitándoselo de encima palmeando sin parar, sobre todo Batalla, que plantó la propia condición de su nombre de forma excepcional durante toda la tarde. Partido verdaderamente notable el suyo. Los babazorros se estrellaban continuamente contra un muro y, como se ve que debía sobrar un ladrillo, Gumbau decidió echárselo a la mochila, llevarlo hasta el área del Alavés y tirarlo por allí a ver qué pasaba. ¡Y cómo lo tiró! ¡Menudo destrozo hizo, muchacho!

El balón entendió claramente las intenciones secretas de Gumbau (“este quiere que pegue en el travesaño, luego me estampe en la mano fofa del portero, luego que… vale, vale, lo tengo”) y 1-0 en el marcador. El monumental tiro de Gumbau quizá mereció clavarse en la escuadra sin ningún intermediario, pero bien está lo que bien acaba. El gol valía igual. El partido acabó con un Rayo tan crecido como la afición y con la posibilidad de hacer el segundo. No era necesario, la gesta ya estaba conseguida.

El próximo partido del Rayo es el sábado 2 de noviembre a las 18:30 horas contra el Villarreal fuera de casa

 

El ranking:

El héroe del partido: Batalla tuvo intervenciones absolutamente decisivas para que el Alavés no se adelantara en el marcador, bien lo saben Carlos Vicente o Carlos Martín. Si alguno ponía en duda el fichaje de este portero, con echar un vistazo a sus ‘highlights’ de las últimas jornadas, las tendrá más que resueltas. La marcha de Dimitrievski no se ha notado en absoluto.

El villano: Para no dejar este apartado en blanco, diremos que “El menos afortunado del partido” por parte del Rayo fue Camello. Dejó sus destellos de clase habituales, pero parece haber perdido ese colmillo que le salió entre los Juegos Olímpicos y principio de temporada.

El datito: Quinta derrota consecutiva del Alavés, un dato terrible para cualquier equipo que pone los focos sobre su entrenador. Veremos si los dirigentes se ponen nerviosos con Luis García Plaza o le dejan trabajar. ¿Uno de los tres peores equipos de la categoría el Alavés? Yo no lo creo, pero la racha es malísima…

La pregunta: ¿Dará la campanada el Rayo en la temporada de su Centenario y los sueños de Europa se harán realidad?

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