Por Antonio Osuna
“Es una forma de no contagiar a los demás y tenemos que estar todos unidos”
Jamás pensé que llegaría a experimentar esta sensación, el vacío. En algunas etapas de mi vida tomé como decisión personal el aislamiento, tratar de salir de casa lo menos posible y encadenarme a la reflexión. Buscar en mi Yo más profundo y escarbar en los sentimientos adversos hasta desmigar su naturaleza. Pero yo lo decidí, no me lo impusieron, y esa es la gran diferencia entre decidir estar en casa y no poder bajar a la calle. Agorafobia editada en el BOE.
El estado en el que nos encontramos hace que las horas pasen lentas por imposición. Ya no hay serie, vídeos o juegos de mesa que puedan saciar estas ansias libertarias. Presos de nuestras paredes, como aquellos que cometieron un delito y fueron juzgados, hoy somos nosotros los reos que cumplimos la penitencia de no obedecer. Hay que recordar que este virus se anunció a diestro y siniestro, en todos los medios posibles, y sí, yo mismo reconozco que entoné el: “Bah, esto no es nada”. Pero así nos vemos. Aislados sin más opción que hacer la compra, ir a trabajar, sacar al perro y bajar al estanco. Estoy convencido de que mucha gente empezará a fumar a causa del aislamiento solamente por la excusa de pisar la calle Igualmente seguro que más de uno pensó: “debería haber adoptado un perro, así saldría a pasearlo”.
Pero no nos equivoquemos, estar en casa no es un castigo, no es algo que nos han dictado a modo de: “Así aprendéis”. Es una forma de no contagiar a los demás, y por ello, tenemos que estar todos unidos. Nos advirtieron y salimos. Nos advirtieron y usamos las mismas indicaciones para hacer memes de ello. La comedia del drama, la risa ante la impotencia. Hoy esos memes hacen que las horas pasen menos lentas o, al menos, de la manera más entretenida posible, pero los chistes que circulan siempre van acompañados de alguna noticia que nos hace valorar la libertad cuando sabemos que estamos a punto de perderla. Sonrisas y lágrimas, como el musical. Ahora entiendo entonces esas imágenes de los italianos cantando todos al unísono desde los balcones.
La lectura como vía de escape
Espero que todo pase cuanto antes, espero que dentro de poco todos podamos volver a la vida normal que teníamos, pero hasta entonces… Aprovechad estos días para leer, para desempolvar esos viejos libros con hojas amarillentas. Entrad ahí, en el mundo de la imaginación ajena, haced vuestros esos relatos y lanzaos a cruzar los mares, las montañas, no dudéis en hacer una expedición para encontrar los mayores tesoros. Dejad el móvil, daos tiempo para reflexionar. Puede que esto pase rápido y es mejor aprovechar el tiempo. Es el momento de que cada uno aprenda a conocerse. Bienvenido a su vida sin ‘atrezzo’.