Por Juan Rodríguez
Al Atleti le costó un mundo. Griezmann, De Paul y Lino, titularísimos que partieron desde el banquillo, tuvieron que intervenir decisivamente en el último tramo del partido para derrotar a un Rayo Vallecano tan pujante y rocoso que no dio su brazo a torcer hasta el minuto 89. La falta de gol fue, una vez más, lo que condenó al equipo de Francisco, que hizo bueno (o, mejor dicho, malo) uno de los dichos clásicos del fútbol: el que mucho perdona, lo acaba pagando. Y es que con 1-1 en el electrónico del Cívitas Metropolitano, eran los de Vallecas los que tenían las de ganar. Las mejores ocasiones fueron suyas. La mayor decepción cuando el árbitro dio el pitido final, también.
Recapitulemos el último acto del partido. Tras una primera parte muy disputada que acabó en tablas (un zurdazo de Álvaro García igualó el gol de cabeza de Reinildo), el Rayo se estaba llevando la segunda a los puntos. Simeone vio que aquello se estaba atorando y se dejó de reservar titulares para su próximo derbi con el Madrid y sacó a toda su artillería para ganar este derbi. Pero nada cambió y las llegadas claras al área seguían siendo rayistas. A saber. En el 58, Álvaro se plantó solo en el área y su intento de vaselina la atrapó Oblak como ese padre que atrapa un caramelo para su niño en la cabalgata de Reyes, dulce y fácil; en el 77, el debutante Crespo ‘centro-chutó’ a la nada un despeje pifiado por Mario Hermoso; en el 79, Pep Chavarría dio un pase de gol que no encontró bota (o topo) que lo mandara a las mallas de Oblak… en fin, que en esas estábamos, en las del perdón, cuando llegó Memphis Depay con la maza y puso el 2-1 en el marcador tras rematar de primeras un balón rasito de Griezmann. ¿Cómo dices, que te han llegado rumores de que Dimitrievski contribuyó a la derrota al no atajar ese balón que ya tenía entre las manos? Es cierto, pero más contribuyeron sus compañeros los 20 minutos anteriores, cuando desperdiciaron una ocasión tras otra para asaltar el Metropolitano.
La sombra del descenso
Así las cosas, el Atlético de Madrid alarga su racha como invicto en casa, ya son 28 encuentros sin conocer la derrota como local (los de Simeone no pierden en su hogar desde hace más de un año, el 8 de enero de 2023). El Rayo, por su parte, lo que alarga es esa sombra, ceniza, cineraria, que viene directamente desde los puestos bajos de la tabla y amenaza con mandar al traste un brillante inicio de campeonato. Una sombra de la que no puede despegarse. Si solo tuviera un Lucky Luke que fuera más rápida que ella…
El próximo partido del Rayo es el lunes 5 de febrero a las 21 horas en casa contra el Sevilla
El ranking:
El héroe del partido: Álvaro García completó un partidazo. Su vuelta a la titularidad, tras su ausencia por expulsión en el último encuentro, se saldó con un gol de tirazo espectacular para igualar el partido momentáneamente en la primera parte, para proclamarse máximo goleador del equipo con cinco tantos… y para derribar la botella de agua de Oblak apoyada junto a la cepa del poste como si fueran los bolos. En la segunda, se hinchó a llegar y combinar. Lástima su intento de cuchara en la segunda parte que se quedó en eso, en intento, en lugar de convertirse en el 1-2.
El villano: El portugués Miguel Crespo (llegado a préstamo del Fenerbahçe en este mercado invernal) no firmó un mal debut en sus primeros minutos con el Rayo, pero su tarjeta de presentación fue un tanto villanesca: una dura entrada a Rodrigo De Paul en el minuto 65 que desafío seriamente la Ley de la Gravedad: se trataba de ver cuánto tiempo podía estar en el aire el jugador argentino tras ser levantado del césped por Crespo, o si podía seguir ascendiendo al cielo y salir del orbe… finalmente, De Paul regresó al suelo y la Ley confirmó su vigencia. Newton puede descansar tranquilo.
El datito: Francisco fue expulsado al final del partido por reclamar falta de Griezmann en el 2-1 (un posible codazo a Pep Chavarría al disputar el balón que el árbitro no estimo punible y no fue revisado por el VAR).
Declaraciones:
Francisco: «Mal sabor de boca por irnos de vacío, pero no se puede recriminar nada al equipo. Tuvimos nuestras ocasiones. Cabeza alta. En las jugadas de los goles el árbitro interpreta que no hay falta. Yo protesto porque creo que sí hay».
Álvaro: «Ha sido una pena. El esfuerzo del equipo ha sido enorme. Hemos creado peligro, han estado muy incómodos y se lo hemos puesto muy difícil. A pensar en el Sevilla».