Por Juan Rodríguez
Camello solo delante del portero. La ajusta mucho al palo corto. El balón da en la red… pero por fuera. Pudo haber sido el 1-0 y el partido de cara para el Rayo. Pero fue, poco después, Las Palmas quien se adelantó en el marcador, quien inclinó la balanza, el césped y el dominio general del juego de su lado; y quien, finalmente, se llevó el partido. Los encuentros son, además de la plasmación de una voluntad colectiva en el marcador, el resultado de una acción individual. La de Camello se fue fuera y, con ella, posiblemente, el partido para el Rayo.
Las Palmas, que rozó la perfección en lo de llegar a puerta y marcar (básicamente, embocó todo lo que acercó a la meta rayista), está multiplicando los efectos rejuvenecedores de esa crema de cara futbolística a medio camino del dicho popular y la creencia mística: “a entrenador nuevo, victoria segura”. Y es que Diego Martínez lleva tres victorias en los últimos cuatro encuentros y le está poniendo los dientes largos a más de un presidente de Primera… Si a Las Palmas le ha salido tan bien… No es, afortunadamente, lo que maneja ahora mismo Martín Presa en sus pensamientos, porque no podemos entender este partido de ninguna otra forma que no sea un borrón en la casi ejemplar trayectoria que está siendo el escribano Rayo Vallecano en la presente temporada. El exceso de juego y goles en el último partido del equipo en Copa, conseguido con los menos habituales, viene a poner el sello de la administración de “esto marcha”. Esperemos que este tropezón ante los chicos de Diego Martínez quede solamente en eso, una piedra en el zapato. Te lo quitas, lo agitas, caen las piedrecillas, y recuperas el paso. Esperemos.
El Rayo se fue arriba, claro, pero no concretó ninguna de sus ocasiones. Y tuvo un ramillete, ¿eh? Este equipo y su entrenador no saben hacer otra cosa que jugar bien al fútbol… y generar muchas ocasiones de las que pocas, algunas de ellas, rezad muy fuerte a ver si alguna entra, acaban en gol. Me repito más que el chorizo de cantimpalo, pero el Rayo tiene un problema de gol desde, más o menos, la destitución de Francisco. Este verano no se remedió de ninguna de las maneras, aquello fue casi una dejación de funciones por parte de la directiva: entre que Camello estaba en su ‘prime’ (que dicen los chavales) tras los Juegos Olímpicos y que los inicios de temporada siempre traen un optimismo casi irrenunciable, pues nada, seguimos con lo que tenemos. Se fichó a James para dar el último pase… pero, ¿a quién exactamente? Eso cuando juega James, claro, que viene a ser prácticamente nunca desde que llegó. Ayer tuvo 14 minutitos para lucirse tras el 0-2, vosotros me contaréis…
Estábamos en lo de las ocasiones del Rayo. Pues eso, que el equipo no dio con la tecla para hacer la igualada y un desafortunado despeje de Aridane al poco de comenzar la segunda parte acabó en el segundo gol de Las Palmas. Seis minutos después, llegó el tercero. Si Las Palmas ha hecho bueno el dicho de “a entrenador nuevo, victoria segura”, el Rayo le sacó brillo al de “si perdonas, lo pagas”. Una derrota en casa que no entraba en las cuentas del equipo cuando el árbitro pitó el inicio del partido, pero que entró con todas las de la ley en el desarrollo normal de un encuentro al sonido del silbatazo final del partido: esto va de meter la pelotita entre los tres palos. Quizá habría que probar otros nombres arriba en las próximas jornadas.
El próximo partido del Rayo es el domingo 24 de noviembre a las 16:15 horas fuera de casa contra el Sevilla
El ranking:
El héroe del partido: Diego Martínez. El entrenador de Las Palmas ha reactivado al equipo y de qué manera. Fuertes vibes de los chicos de Línea Mortal que revivían a puro golpazo de desfibrilador (eran los 80, preguntad a vuestros padres).
El villano: En el minuto 62, Aridane remató de cabeza un córner de Las Palmas al interior de la portería que defendía Batalla. Él no quería, claro, pero fue el 0-2 de Las Palmas y, prácticamente, el partido para el equipo amarillo.
El datito: Más de 30 ocasiones del Rayo y casi el 64% de la posesión marcan los registros del partido. La efectividad, sin embargo, la puso Las Palmas. También os digo una cosa: juegas el partido de Copa poniendo a varios de tus suplentes, resulta que dos de ellos se lucen ante el gol (Raúl de Tomás y Eto’o), y cuando llega el siguiente partido no pones a ninguno de ellos a jugar, ¿no te estás tirando piedras contra tu propio tejado? Pura especulación, eh, tampoco me hagáis mucho caso.
La pregunta: ¿Hay mejor forma desmotivar a un delantero suplente que marca gol en un partido que no darle un solo minuto en el siguiente?
Declaraciones
Íñigo Pérez: «La efectividad manda en el fútbol y ellos fueron más efectivos que nosotros».
Gumbau: «Es difícil de explicar. El fútbol es así. Merecimos mucho más. Es un resultado injusto. No paramos de generar. Faltó acierto y más concentración en el balón parado. Me quedo con la mentalidad del equipo. A seguir trabajando».