Por Antonio Osuna
Cuando la gente me pregunta que es lo más destacable de Vallecas siempre respondo lo mismo: su gente. Y aquí, tenemos un claro ejemplo de esa respuesta. En esta ocasión, no hablaré de parques, historias y calles concretas del barrio que me vio crecer. Lo haré de un sitio en concreto de la calle de Sierra Contraviesa, “Del estanco de Belén”.
Todos aquellos que somos fumadores acudimos como el pecador que busca la penitencia, pero Belén no solamente ofrece los productos que están a la venta, ella también ofrece la mejor de sus sonrisas, y cómo no, a quien sabe sonreír hace porque los demás sonrían. Y es que Belén, nuestra Belén del estanco, también es monologuista… Y vaya si lo es.
Comenzó en 2006 en ese mundo del arte y la carcajada… y hablamos de que ya han pasado 15 años, toda una vida para una adolescente. Fue campeona del micrófono de oro a mejor monólogo en Valdemoro en 2007, es decir, eso es como empezar a caminar y ganar una maratón al año siguiente. Ya me gustaría a mí haber ganado un premio literario cuando empecé en esto de las letras. Alguien que es capaz de actuar en un hospital y sacar a flote el humor de personas que no están en su mejor momento, tiene que ser digno de mención. Si ella lo consigue, imaginen ¿qué puede conseguir si se está en un buen momento?
Como es lógico, con esto del dichoso virus las actuaciones dejaron de llegar. A día de hoy, a cuenta gotas, todo vuelve a la normalidad. Así pues, recomiendo que, si pasan por Sierra Contraviesa, entren en su estanco y pongan los ojos sobre el cartel de su próxima actuación y no falten a ella. En estos tiempos tenemos que ayudarnos, y que mejor que entre los que nos vemos día a día.
Las batallas de Belén siguen dando guerra. Y las risas nunca pueden faltar. Vivamos en un mundo con más alegrías, que las penas vienen solas. Y si llegan…aprendamos a reírnos de ellas.