Por Juan Rodríguez
El partido apuraba sus últimos minutos, con esos pobres aficionados calados de agua congelada pensando en la calefacción de casa, con este pobre cronista tecleando su titular tras la segunda victoria del Rayo en casa en liga (“Chuzos de puntos”), con ese Cádiz lamentando que se le acababa la ficha… hasta que, en el minuto 102, Javi Hernández, defensa de Jerez de la Frontera formado en las canteras de Sevilla y Real Madrid, decidió helar Vallecas: tirazo de zurda que venció las manos de Dimitrievski, empate a uno, y otro partido que se le escapa al Rayo sobre la bocina. ¿Chuzos de puntos? ¡Pelos de punta!
Si le dieran una saca de dinero al Rayo cada vez que pierde o le empatan un partido en los minutos finales, tendría dinero de sobra para comprarse un 9 que marque los goles que redondeen sus buenas faenas. Y es que los franjirrojos se impusieron a este Cádiz de Pellegrino (peleón, intenso, que muerde más que el de Sergio), generando una buena cantidad de ocasiones que acabaron perdidas como lágrimas en… el granizo. Porque el protagonista del encuentro fue la bestial tormenta que se transformó en granizo (el Diablo puede adoptar otras formas) y que provocó, prácticamente, la espantada del campo del árbitro y de ambos equipos. Cuando Alberola Rojas decretó la suspensión del partido por el temporal en el minuto 61, solo le faltaba la bandera blanca. Nos rendimos. La verdad es que caían unas bolas del cielo, unas piedras de hielo que, a ver cómo lo digo, “no sientan bien en boca”, usemos este término culinario para no decir “te pueden abrir la crisma”. Hala, ya lo he dicho.
Los jugadores se resguardaban en el vestuario, los bukaneros se crecían en la grada (el ‘¡No nos moverán!’ contra una posible mudanza del Rayo se utilizó también contra el temporal) y la duda se instalaba en todos los protagonistas, ¿se jugará lo que queda? Pues sí. Al cuarto de hora escampó, y rayistas y cadistas saltaron de nuevo al campo. Lo que pasó a continuación, una especie de epílogo más brioso que toda la obra anterior, es lo siguiente: una redención en un campo de fútbol de la popular cinta de culto ‘Soñando, soñando… triunfé patinando’ (con los jugadores añadiendo “mantenerse en pie” a sus obligaciones ofensivas y defensivas), un remate de Lejeune tras despeje fallido de Conan Ledesma a un córner de Isi que suponía el “gol del triunfo”, un Cádiz decidido a sobrevivir empatando con el tanto de Javi Hernández tras magnífico pase al hueco de Víctor Chust, una ofensiva final del submarino amarillo con pequeña polémica (a fin de cuentas, quién podría culpar a un hombre por no ver el posible derribo en el área de Aridane a Cris Ramos en medio de ese aguacero); y un pitido final del árbitro que le supo al Rayo como ese copo de nieve que te pones en los labios para probarlo: a nada.
El próximo partido del Rayo es el domingo 10 de marzo a las 14 horas contra el Deportivo Alavés en Mendizorroza.
El ranking:
El héroe del partido: Dynamo Man, personaje secundario del videojuego ‘Megaman’, bien podría cederle su nombre a Miguel Crespo da Silva, el nuevo ‘Hombre Dinamo’ de Vallecas. Porque si buscas “dinámico” en el diccionario te sale “dicho de una persona que es notable por su energía y actividad”, vamos, que solo falta su foto. Este portugués (nacido en Francia) de 27 años, que vino para suplir la marcha de Pathe Ciss a la Copa África, se mueve con extraordinaria ligereza por todo el campo, casi revoloteando, aclarando jugadas e imprimiéndoles un punto de alegría y desenfado que se extrañaba por Payaso Fofó. Fue titular en lugar de Unai López y, si bien no podemos ponerlo a la altura del medio de Rentería, sí que es de justicia reconocer la inyección de vitalidad que ha aportado al equipo. Está cedido por el Fenerbahçe hasta final de temporada y, si sigue en esta línea, le pondrá muy difícil a Martín Presa no ejecutar la opción de compra (de unos 4 millones de euros) que hay sobre él.
Mientras Crespo estuvo sobre el verde (bueno… el verdiblanco, césped muy bético el de Vallecas), realizó un estupendo partido. Lástima un par de caídas cerca del córner no señaladas como falta por Alberola Rojas (se están poniendo de moda los hombrazos nivel NFL, en breve se introducirán las hombreras con protector en LaLiga).
El villano: El tiempo. ¿Habéis visto la película ‘Twister’ con todos esos vientos huracanados, tornados, latigazos de agua, granizo y toda la pesca? Bueno, pues en Vallecas solo faltó la vaca volando.
El datito: Tercer partido de Íñigo Pérez al frente del equipo y tercer partido sin victoria: empate meritorio en casa contra el Madrid, derrota peleada en Girona y dos puntos que se van a última hora en casa ante el Cádiz. Si entendemos (y yo al menos lo entiendo así) que su liga empezaba contra los andaluces, de momento lleva un empate. A ver contra el Alavés el próximo domingo.
Declaraciones
Íñigo Pérez: «Haciendo un análisis en frío el resultado es justo»