Por Juan Rodríguez
Sería injusto hablar de naufragio, porque el Rayo plantó batalla en el primer tiempo, pero el 4-0 que reflejaba el electrónico al final del partido no dejó lugar a la duda: el Athletic le propinó un severo correctivo al equipo de Francisco que, creemos, no dejará ninguna secuela. Y es que, si no es por el gol tempranero del Athletic nada más comenzar la segunda parte, es posible que el Rayo hubiera competido el encuentro hasta el último minuto.
Pero no fue así, los goles llegan cuando llegan, y fue justo al empezar la segunda parte cuando llegó el del Pacha Espino en propia (recordemos que hoy en día es pecado decir “propia puerta”). Era el 2-0 en el marcador y era, también, el toque de corneta para que los de Valverde mostraran su versión más depredadora. Cuando tienen la selva entera para correr, estos leones no tienen piedad. Las llegadas a la portería de Dimitrievski fueron constantes y el Rayo acabó tan desdibujado que es como si su idea de juego se hubiera perdido… como lágrimas en la lluvia (fina) que caía en San Mamés. Los hermanos Williams hicieron todas las diabluras que quisieron (dos de ellas acabaron en sendos goles), Sancet se hinchó a llegar, Guruceta a asistir, y el pitido final del árbitro fue un sonido salvador para los jugadores de Francisco.
La cosa ya empezó mal para el Rayo, pero el VAR vino a socorrerle cuando, en el 14 de la primera parte, Guruceta marcó un gol que fue anulado por fuera de juego de Nico Williams (tenía la puntita de la bota algo adelantada). El Athletic dominaba, pero el Rayo soltó algún zarpazo con las llegadas de Pathe Ciss y Camello, que no tuvo un partido especialmente afortunado.
Casi en el 23 llegó el gol (legal) de Guruceta, séptimo que anota en liga, tras una posible falta, pero no nos volvamos locos, de Iñaki Williams a Oscar Valentín. Según el antiguo reglamento, el de toda la vida, gol o gol. Los de Valverde siguieron controlando el juego y llegando con peligro al área rayista, pero los de Vallecas no le perdieron la cara al partido, llegando al descanso con opciones.
En la cabeza de Unai López
A la salida de vestuarios, todo se vino abajo con el autogol de Pacha Espino intentando despejar un centro de Iñaki Williams. Pero justo antes, tal vez pudo cambiar el devenir del choque si Unai López hubiera estado acertado, tras el robo de Pathe Ciss, pero su remate de cabeza, con todo a favor, se fue desviado. De poco valieron los cambios (Trejo, De Frutos y Kike Pérez relevaron a Isi, Oscar Vallentín y Unai López) ante un Athletic que, con el partido psicológico ya ganado, se desató para golear en el de verdad. En el 82, Muniain pidió penalti por un posible derribo en el área del Rayo, pero el castigo ya había sido suficiente.
El próximo partido del Rayo es el miércoles 6 de diciembre a las 12:00 contra el Yeclano (Estadio municipal La Constitución de Yecla, 2ª ronda de Copa del Rey); y, en Liga, será el 11 de diciembre a las 21 horas en casa contra el Celta de Vigo.
El ranking:
El héroe del partido: Los hermanos Williams, Nico e Iñaki, suerte de versiones de carne y hueso de los gemelos Derrick de ‘Oliver & Benji’. Sus rápidas combinaciones y diabluras volvieron locos a los defensas del Rayo.
El villano: El ‘Pacha’ Espino no realizó un mal partido, pero su autogol recién iniciado el segundo tiempo fue decisivo para el devenir del encuentro
El datito: La croqueta de De Frutos en el 61 no sirvió para absolutamente nada, pero fue un fogonazo de calidad que te lo firmaba el mejor Zidane
Declaraciones tras el partido:
Oscar Valentín (en Movistar): “Las cosas no salieron desde el primer momento, el Athletic ha sido muy superior a nosotros (…) Solo queda olvidar este partido para preparar el siguiente (…) El segundo gol nos ha matado anímicamente”
Lejeune: «Partido para aprender, para mejorar en los próximos. No tiene que volver a pasar. Ellos estuvieron a muy buen nivel y fueron muy efectivos. Ahora a recuperar lo mejor posible y a pensar en la Copa»