EDITORIAL.
En febrero de 2007, este periódico publicó íntegro el comunicado de la “Plataforma de Afectados por el Deterioro de la Escuela Pública”, cuyo título rezaba: “Escuela pública de todos y para todos”.
Este año es el 10º aniversario de la camiseta verde, símbolo inequívoco de la defensa de la escuela pública. En estos diez años, es tremendo el creciente deterioro de la misma, producto de la drástica reducción de recursos por parte de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.
La camiseta verde que dio lugar a la Marea Verde, y que más tarde fue seguida por las Mareas Blanca, Azul, Negra, etc., fue coetánea de la gestación del 15M. En mayo del 2011, también frente a unas elecciones municipales, se alza nuevamente el espíritu de la indignación. Ahora confluyen la trayectoria de la defensa de la educación pública con la creciente insatisfacción generalizada en amplios sectores de la sociedad.
En Vallecas, el 11 de mayo del 2011 (cuatro días antes de la manifestación que dio lugar al 15M), el movimiento en defensa de la escuela pública organizó la Jornada Cultural “Nos desvelamos por la educación pública” en el IES Madrid Sur. En ese espacio, se intuía que “algo gordo” podría suceder en breve, y así fue. El 15M y la camiseta verde se levantaron con la fuerza y el espíritu de la “indignación”, y generaron algo “profundo” y de gran transcendencia que caló en el corazón de cientos de miles de personas.
¡Qué difícil saber hasta dónde llegará la influencia de todo aquello! Pero qué necesario tenerlo bien presente en estos tiempos de resistencia, de intento, de continuar enfrentando tanto atropello.
Es en estos momentos cuando hay que apelar a aquellas vivencias, aquellos profundos sentimientos que dieron lugar a que lo mejor de cada uno se compartiera desde unos “espacios internos” nada cotidianos, poco habituales.
De la camiseta verde podemos sacar el aprendizaje de que cuando se pone en marcha una acción con sentido, poniendo el acento en el bien común, y además se acierta, se genera una semilla que nunca se sabe hasta dónde ha de poder llegar su influencia y en qué momento pueda detonar “una chispa” que permita “algo nuevo” en la conciencia colectiva.
Nos surge el siguiente interrogante: ¿qué pasará en la primavera del 2019 (año de elecciones municipales y autonómicas), doce y ocho años después del inicio de la camiseta verde y del 15M respectivamente?