Descansa en paz, Ángel Nieto

OPINIÓN.

Hoy es un día triste para mí, cuando me he enterado, a eso de las 19:30, de que había fallecido nuestro amigo y compañero Ángel Nieto. Ya cuando vi a Gelete hablar del estado de su padre, no tenía buena espina… Me temía lo peor. Intenté hablar con el móvil, con los familiares y amigos, y después de varios días intentándolo, decían que no les gustaba el panorama… Y hoy, día 3 de agosto de 2017, se daba la noticia: “Ángel Nieto ha muerto”.

Los pelos de punta, no me lo creía… Todos pensábamos que, con lo luchador que ha sido siempre y su coraje en la vida, esta carrera también la iba a ganar. Nosotros teníamos muy buena relación con él y su familia, y más cuando nos veíamos en los paddock de los grandes premios… Con todos, incluso en la inauguración de la ITV de Vallecas, allí estuvimos sin falta invitados por él… Además de nuestro otro amigo, Álvaro Bautista…

Para nosotros es un amigo ejemplar, pero ya desde varios días después del trágico accidente temíamos lo que a nadie le gustaría que nos llegara nunca, la mala noticia de hoy, de una despedida a destiempo que todavía sigo sin entender. Una vez confirmada la noticia, me puse a recordarle y a mirar las fotos que nos hemos hecho juntos en los paddock y los autógrafos que tenemos, y me he puesto a escribirte:

“Querido Ángel, estas palabras hoy podría escribirlas cualquiera, pero me ha tocado a mí escribírtelas, aunque no tengo el valor suficiente para hacerlo. Yo lo hago, primero por conocernos personalmente en todos los circuitos españoles, y segundo porque te apreciábamos mucho mi familia y yo. Y nos has dejado, sin entender que te has ido, y nos cuesta digerir que ya no volveremos a ver tu sonrisa antes de una carrera, entender que contigo se ha ido algo que nadie más podrá darle a este deporte. Te has ido de una forma no elegida, porque uno no elige morir tan lleno de vitalidad y de una manera tan dura, que duele solo al recordar fugazmente la imagen que a todos nos atenaza el corazón cuando pasa un mal recuerdo por nuestras cabezas. A todos nos cuesta aguantar las lágrimas por tu marcha inesperada. Hoy solo importa que se haya ido uno de los nuestros.

Tú, una parte de un todo que es el mundo del motociclismo. Contigo se ha ido una pequeña parte de todos los que te conocimos, los que te admiramos, los que han sido tus amigos. Hoy todos sienten no poder volver a verte entre los camiones de los circuitos.

Yo quiero olvidarme y no quiero hacerlo, me da bandazos el corazón y la cabeza, con la misma velocidad que tú girabas sobre la pista de tus momentos de piloto, de esa parte de ti que me hizo a veces llamarte Angelito, que consiguió ponerme a mil revoluciones en tus comentarios cuando dabas las carreras por la tele, y recuerdo con algunos de esos compañeros tuyos que hoy han recibido otro mazazo, con tu fallecimiento inesperado. Siento que si olvido eso estoy olvidando parte de la esencia que te hizo ser como eras, el campeón 12 +1. Ser como cantaba el maestro Labordeta: ‘amado, odiado y con un cariño infernal’, como los grandes, sin dejar indiferente a nadie, pero dejando a todos heridos.

Ése también eras tú, Angel Nieto en un tono menos cariñoso, sinónimo de que algo podría pasar. Contigo cerca la indiferencia no tenía sentido, contigo lejos nadie podrá darle a este deporte lo que tu le has dado. Lo bueno y lo menos bueno, lo que todo el mundo entendía y lo que a algunos nos costaba entender.

Otra vez la incomprensión, vuelta al punto de partida de estas letras, a preguntarse ‘¿por qué?’, a preguntarse ‘¿y si…?’. ¿Y si alguna vez no hubiera deseado que dejaras de pilotar? ¿Y si alguna vez no me hubiera enfadado y hubiera pensado que no comprendía como podías dejar eclipsar tu talento? Y sin respuesta, porque nada podrá devolverte a tu lugar más feliz.

Nada podrá devolverte a una pista, nada podrá devolver tu sonrisa al mundo de la moto, ése que tanto amabas, ése en el que te has dejado la vida. Por amar la moto, por querer ganar, por no renunciar a volver a girar, por aferrarte a tu pasión, con la misma intensidad que viviste tu vida, hoy te has marchado. Pronto, como una leyenda, y con tu marcha se le apaga un poco el brillo a este deporte que amas tanto. Yo me quedaré por siempre con el Ángel Nieto alegre que se movía con su motillo gris con su pegatina de la ITV de Vallecas por el paddock, con el Ángel Nieto que me hacía bromas sobre el estado físico de los dos juntos, y además de las conversaciones mantenidas entre los dos de las chicas “paraguas” de la parrilla de salida y ponerle su ritmo personal al mundial, para darle un toque apasionado y veloz a lo más bonito para ti: la vida, tu historia sobre una moto.

Ya no podrás ver ninguna carrera en un circuito nunca más. Te has ido, pero estoy seguro, querido amigo Ángel, de que arriba, en el Olimpo de los grandes, volverás a sonreír con una moto. Sonreirás con mi querida madre Julita, con Shoya, con Djairo, con Simonchelli, con Luis Salom, con Hayden, y otros motoristas que están en el cielo, que seguro que te van a ver entrar por las puertas y podréis conversar todos juntos… Y con ellos seguirás estando en cada circuito, en cada moto, en cada piloto, en cada periodista, en cada aficionado, que ha sentido que hoy contigo ha perdido algo, ha perdido tanto que aún no le ha encontrado sentido.

No dejes de rodar en el cielo, sonríe y dale gas… En la tierra necesitamos creer que es tan radiante esa sonrisa como la que tenías siempre cuando estabas subido en tu moto”.

Solo despedirme antes con una cosa: Ángel Nieto, te digo adiós, y acaso con ésta, mi despedida, mi más hermoso sueño muere dentro de mí. Pero te digo adiós, Ángel, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti, amigo mío… Descansa en paz, Ángel Nieto Roldán.

Tus amigos Pedro Montes y Julia, de ASIDEP SL.

 

 

 

 

 

 

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