EDITORIAL / Vallecas VA /
En las últimas elecciones generales del 28 de abril la gente cumplió con responsabilidad y votó (aumentando considerablemente la participación). A partir de ahí, los partidos políticos que podían hacerlo, no llegaron a ponerse de acuerdo para poner en marcha un gobierno.
Parece que todavía pesa mucho “lo viejo” y algunos partidos políticos, no son capaces de “pasar a otra” e ir generando otro modo de entender y de hacer política.
Parece que con la vertiginosa velocidad a lo que va todo, los “partidos nuevos” que han surgido en estos últimos años, enseguida se vuelven viejos. Esto sucede porque en su esencia no está una verdadera vocación de transformación real en la que no es suficiente con poner a la gente y la justicia social como valor principal, sino que se requiere de una profunda revisión interna (tanto en las personas, como en las organizaciones) para que “lo viejo” no siga impidiendo caminar por nuevas sendas.
Con todo ello, va quedando evidente la creciente sensación de frustración de mucha gente frente a este panorama. Se refuerza así la premisa de que “es de suicidas dejar nuestro futuro en manos de los políticos”. Por otro lado, desde el 2011 con el 15M, en la gente de la calle se ha ido mostrando acierto en señalar por dónde han de ir las cosas y en poner en marcha formas de hacer que tienen el sabor de “algo nuevo”, de una nueva sensibilidad que realmente valora y practica la convergencia de la diversidad, poniendo en el centro de todo a la gente y a sus necesidades.
Será necesario que en el mundo de los partidos políticos a nivel nacional irrumpa una nueva fuerza con un cierto sabor de esa sensibilidad, para que pueda abrir el futuro y señalar por dónde han de ir las cosas y cómo es que hay que ir haciendo.
Tenemos una nueva ocasión que hemos de convertir en oportunidad. Tenemos nuevas elecciones generales el 10 de noviembre. Aprovechemos para, con nuestros votos, expresar la necesidad de que “algo nuevo” se vaya viendo en el Congreso de los Diputados.