Por Juan Rodríguez
Empezaré esta crónica dándome un palito a mí mismo, pese a incumplir con esto una de las reglas del periodismo (el periodista nunca es la noticia, pero permitidme, ahora veréis a dónde voy). En no pocas ocasiones; de hecho, en muchas (rara es la crónica en la que no lo hago), le he atizado al Rayo por su falta de puntería: que si es un equipo romo en ataque, que si a ver cuándo traen a un killer del área, que si ojalá se materializara tan solo parte del caudal ofensivo que genera el equipo… Bueno, pues sin todas esas cosas, el conjunto de Íñigo Pérez está instalado cómodamente en mitad de la tabla, ha metido más goles que Betis, Sevilla, Mallorca, Real Sociedad… y, en resumen, está firmando una temporada formidable. Esa falta de un 9 tipo (RDT está ‘missing in action’) se ha suplido con una redistribución de los goles entre varios jugadores de la plantilla (ahora se ilumina De Frutos, antes deslumbró Camello) y el juego de ataque del equipo genera lo suficiente como para ir sumando victorias y amarrando empates cuando toca, con lo que delanteros centros de toda la vida o mediapuntas “estrella” (léase James Rodríguez, claro) no es solo que no sean necesarios, sino que acaban siendo eyectados por la propia naturaleza de este Rayo. Así que, en palabras del Rey Emérito Juan Carlos I, lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir. A ver, lo de equivocarme voy a volver a hacerlo, eso seguro, pero lo de insistir en el problema del 9, no. Está claro que no existe tal problema, a los hechos me remito.
Así que, tras este arrepentidos los quiere Dios (incluso en cuestiones tan banales como el fútbol), es la hora de pasar revista a lo que pasó en una nueva victoria de mérito de este Rayo Centenario ante uno de los equipos que mejor juegan al fútbol del campeonato, el Celta de Vigo de Giráldez. Y lo que pasó es que el Rayo disparó primero y preguntó después. El Celta se dedicó a elaborar sus preguntas de manera muy bonita… y se quedó con el molde. Buena parte de la culpa de que sus dudas quedaran sin contestar la tiene su portero, un Guaita que dicho mal y pronto, cantó ‘La traviata’. La pifió en los dos goles de un Rayo que llegó bastante menos que el Celta, pero que se llevó el gato al agua. Sin James, sin 9, sin esto, sin lo otro, pero con una capacidad innegable para resolver partidos.
El partido comenzó de cara para los de la franja, con un gol de Embarba que aprovechaba el primer fallo del portero del Celta: balón mal despejado tras el ‘achuche’ de Camello y balón introducido en su portería por el madrileño Adrián Embarba, quien debe reclamar mayor protagonismo en la temporada y veremos si este tanto se lo proporciona. A partir de aquí, el Rayo se hizo con los mandos y pilotó la nave como a él le gusta: sin prisa, pero sin pausa.
Mecido quizá en el dulce sueño del toque pausado, llegó Borja Iglesias para aprovechar un pase de Bamba y poner las tablas en el marcador. Jugador interesante este marfileño de 28 años que en el partido sumó bastante a los gallegos, al igual que El Panda, pero que ni el uno ni el otro pudieron evitar que el Celta notara la baja de Iago Aspas. El Rayo cambió el sueño por el colmillo y cada ataque era ocasión de gol: Lejeune de cabeza y Pathé Ciss de pepinazo (este es su nombre técnico en la International Board) estuvieron a punto de volver a adelantar a los vallecanos.
Tras el descanso, el Rayo volvió a llevar la iniciativa y trasladar el peligro al área de Guaita, que cedió a esa gota china cometiendo un nuevo error que propició el segundo gol de los locales: Camello la pone, Isi que no acaba de agarrar la pelota (aunque dada su condición de genio a lo mejor es que quiso despistar al personal) y De Frutos que la empala al “palo del portero”, es decir, el palo que supuestamente debe cubrir el portero y que Guaita no acabó de cubrir. 2-1 y otros tres puntos a la buchaca para este Rayo que amenaza seriamente con firmar su mejor temporada en años. Debemos mencionar la absurda roja a Marcos Alonso por haber entrado al campo sin autorización del colegiado. En poco o nada influyó a la victoria del Rayo, conseguida mucho antes del desvarío del árbitro.
El próximo partido del Rayo es el domingo 19 de enero fuera de casa contra Osasuna a las 18:30 horas.
El ranking:
El héroe del partido: De Frutos, que le dio otro triunfo al Rayo con uno de esos tiros que empiezan a ser marca de la casa. Si fuera el NBA Jam, mítica recreativa, De Frutos estaría on fire.
El villano: Para el Celta, desde luego, Guaita. Buen portero que no tuvo su día (en el primer gol apenas le soplan al cogote).
El datito: 6 goles en 13 partidos le ha hecho El Panda al Rayo Vallecano.
La pregunta: Con la confirmada marcha de James del equipo y la excelente trayectoria del mismo, ¿hay alguien que pueda toserle a Íñigo Pérez en este momento?
Declaraciones:
Íñigo Pérez: «Hay que celebrarlo, pero con los pies en el suelo, vamos a ser prudentes. Nuestro foco tiene que estar ya en el partido del jueves en San Sebastián»
Jorge de Frutos: «Muy contento por lo individual y por lo colectivo. Son 3 puntos muy importantes, en casa, en un partido muy difícil. Teníamos ganas de celebrar un triunfo con nuestra afición. Cerramos una primera vuelta bastante buena»
