Por Adriana Sarriés
Un año más, el mes de abril ha sido en Vallecas una explosión cultural. ‘Vallecas Calle del Libro’, en su 25 aniversario, nos ha regalado una oferta protagonizada mayoritariamente por sus vecinas y vecinos. Vida cultural en coros, poesía, música, tertulias, encuentros de escritores con niños y jóvenes en centros educativos, etc. Y es de agradecer a sus organizadores. A Vallecas Todo Cultura, por su gran esfuerzo a lo largo de estos 25 años, a las personas que nos han visitado de otros lugares y a quienes han participado de forma directa o como simples asistentes. Ese ambiente cultural que entre todos se ha creado nos dignifica más y enriquece a las dos Vallecas. Porque la cultura no es sólo belleza y placer.
Frente a un mundo sombrío, belicista, que da la espalda al dolor y al sufrimiento humano y del planeta, la cultura destapa aspiraciones de justicia, sueños, críticas. Obstinadamente, hemos respirado en muchos de los actos vividos las ganas de que se pongan freno a guerras y crímenes, que el mundo sea mejor, de que todos y todas lo seamos. Gracias a todos desde ‘Vallecas VA’.
Pero queremos también reparar en algo importante: la cultura es un derecho. Actividades culturales como las que vivimos en abril u otras diferentes a lo largo del año, pueden ser total o parcialmente imposibles de desarrollar en muchos otros países. Incluso en el nuestro, en algunos lugares, hay retrocesos… Siempre lo vamos a repetir: los Derechos Humanos no están garantizados, hay que seguirlos trabajando.
Gobiernos totalitarios
Brevísimo recordatorio por si se nos olvida: Existen los gobiernos totalitarios, siguen existiendo… No es ninguna broma. Tres de cada diez habitantes del mundo viven en ellos. Una curiosidad: El régimen dictatorial más antiguo es el de la familia real de Arabia Saudí. Desde 1932 está en el poder. En todos esos países, una explosión cultural como la de Vallecas es impensable. ¡Defendamos la Cultura en Libertad!
“Como la inmóvil mirada del pájaro ante la ballesta, así la palabra y la sombra de esa palabra aguardan su permanencia más allá de la revelación de la muerte” (‘La Poesía ha caído en desgracia’, Juan Carlos Mestre).