La actividad pastoral regresa meses después de que ardiera el tejado del templo
Por Agustín Rodríguez Teso
La obra de la parroquia ya ha terminado, aunque todavía nos faltan muchos flecos y remates. Pero vivimos un deseo grande de volver a recuperar nuestro espacio, nuestro sitio, nuestro terruño. Han sido meses de ausencia en los que constatamos que muchas cosas han cambiado alrededor de la parroquia, incluso el paisaje. Y ahora volvemos a casa. Pero no volvemos igual que nos fuimos: volvemos con mucha más fuerza y mucha más ilusión. Cuando ardió el tejado y nos abordó la desolación no podíamos ni imaginar las muestras de cariño y de solidaridad que íbamos a recibir. Ha sido desbordante y, con el cariño hecho dinero, también, hemos podido terminar las obras.
Pero todo ese cariño ahora se vuelve también responsabilidad. La cantidad de personas que os habéis volcado con nosotros de alguna manera nos habéis dicho con vuestro gesto que apostáis por lo que hacemos allí, que lo consideráis importante y que no podemos dejar de hacerlo.
Derribando muros
Ahora nos toca a nosotros responder, con nuestra presencia, con nuestra manera de estar, con nuestra acogida, abriendo puertas y derribando muros que nos impiden entendernos unos con otros.
Y no iba a ser fácil, por Dios: Esto es Cañada !!!. El arreglo nos pilla en un mal momento para juntarnos, por aquello de que en estas fechas muchos han salido y salimos de Madrid y no nos podremos juntar cómo quisiéramos. Pero la vida tira de nosotros y se nos abren un montón de posibilidades de seguir disfrutando y abriendo caminos.
Decir Gracias es tan poco, que nos da hasta vergüenza, pero no sabemos decir otra cosa: Gracias