Por Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz de Cañada Real Galiana
Los habitantes del heroico barrio de la Cañada resisten, soportando el tercer invierno consecutivo sin luz en los sectores 5 y 6, ante el vaivén de las olas de frío que van y vienen a su antojo. Sus más de 4.500 vecinos y vecinas, de ellos más de 1.800 niños y niñas, hacen todo lo posible por llevar su vida en unas condiciones de dignidad que el propio corte del suministro eléctrico impide, como el propio Estado reconoció explícitamente en el Real Decreto 1058/2021, de 30 de noviembre.
Todo pese a la persecución implacable del Gobierno de la Comunidad, con su Comisionado para la Cañada como principal valedor de las infames palabras y acciones llevadas a cabo; pese a la acción cómplice y determinante de Naturgy y Amaexco; pese a las acciones y omisiones de los Gobiernos central y de los ayuntamientos de Madrid y Rivas Vaciamadrid; y pese a la culpable ignorancia o indiferencia mostrada por la mayor parte de los medios de comunicación y de la sociedad, en general.
En otros artículos hemos expuesto con claridad todas esas nefandas palabras y acciones dirigidas contra los habitantes de la Cañada, así como también hemos agradecido el apoyo decidido de las instituciones y organizaciones defensoras de los derechos humanos. Pero en esta ocasión queremos resaltar el valor de cada uno y una de esos y esas más de 4.500 personas, 1.800 niños y niñas, que durante tres años, y en las peores condiciones, sólo han hecho que reclamar por vías legales, pacíficas y ejemplares, que no se les insulte, que no se les margine, que no les derrumben sus casas, que no se las entierren con sus enseres dentro, que no les corten el agua, que les devuelvan la electricidad, que les dejen hacer contratos para poder pagarla, que les dejen que sus mayores puedan ser atendidos, sus niños y niñas estudiar, jugar y crecer sanos, que se les permita, en fin, poder vivir en condiciones de dignidad. Este artículo es por ellos y ellas para reconocer su enorme valor, para que sepan que no están solos, que somos muchos, y cada vez más, los que estamos con ellos, los que sí les creemos y acompañamos en sus justas reivindicaciones.
Defensa de la dignidad
Dijo Machado, con ocasión de la horrenda Guerra Civil, que “en España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos […] invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva”. Pensamos de forma parecida en esta ocasión, lo mejor es la gente humilde de la Cañada. La heroica y abnegada defensa de su dignidad puede que no sorprenda, pero conmueve. Los poderes políticos y económicos invocan la justicia y los derechos humanos, pero los pisotean. Son los habitantes de la Cañada los que los están defendiendo con sus vidas. Y en su lucha no sólo ganarán o perderán, sino que ganaremos o perderemos todos, como sociedad decente o indecente, civil o bárbara.