ROBERTO BLANCO TOMÁS
Alexandra Manzanares es redactora jefe de Cultura y Televisión del diario online Vallecas Digital, pero no la traemos hoy aquí por eso. El motivo de la entrevista que sigue es su faceta de escritora, con un libro publicado (Sangre y corazón) y otro a punto (Latidos de una bala, cuyo lanzamiento está previsto para noviembre). “Desde pequeñita me gustaba escribir —confiesa—. Lo veía como un sueño un poco imposible, pues toda la gente quiere hacerlo y poca lo consigue. Pero al final, con mucha determinación, decidí emprender este camino, y he tenido suerte”.
¿Cómo surge esa vocación?
Desde pequeña, siempre he tenido mucha imaginación. Me encantaba contar historias a todos los niños que estaban a mi alrededor. Creo que es bueno potenciar las cosas que tienes y emplearlas para los demás. Pienso que viene un poco también por ser hija única: cuando tienes hermanos, se podría decir que te dedicas más a jugar, tienes más alegría en casa… Pero cuando eres hija única, te refugias a lo mejor más en los libros, en las películas y en tu imaginación, porque pasas mucho tiempo sola. Luego, conforme fui creciendo, llegó ya una edad en la que dije: “quiero crear mis propias historias”; porque lees otras y te das cuenta de que tú tienes tus propios personajes, y los querrías poner. Lo que pasa es que da mucho vértigo…
¿Qué podemos encontrar en Sangre y corazón?
Es un libro duro, ambientado en la II Guerra Mundial, los campos de concentración, Auschwitz… Las historias que relata, menos la principal, son todas reales. Me documenté muchísimo, hablé con personas que han estado allí o que han tenido familiares… Pero dentro de ese marco he querido introducir también otros factores: por ejemplo, hay pocos libros o películas que hablen de los alemanes que se oponían. Por eso, aparte de todo lo malo, también muestro un poquito de las personas que sí luchaban. Luego, también está enmarcado en una historia de amor, que obviamente no es real, pero sí que hubo historias similares. Creo que esto hace que los pasajes más duros sean más llevaderos, porque si no metía algo mínimamente esperanzador, llega un momento en el que la historia te conmueve tanto, que no puedes… Entonces, resumiendo, sobre todo es una historia de amor enmarcada en un plano histórico real, y que lo trata todo con mucha sensibilidad, porque es para tratarlo así.
¿Por qué Auschwitz?
Porque lo visité, y tenía muchos amigos alemanes… Estuve de Erasmus en Roma, conocí a mucha gente alemana, y pensaba que era un tema tabú entre ellos… Y al contrario: hablaban muchísimo del tema, y me llamó la atención. De pequeña también: había leído la trilogía de Auschwitz de Primo Levi, había visto La lista de Schindler, y era algo que me llamaba muchísimo la atención, pero sobre todo fue hablar con gente de allí y ver que podía ser algo muy interesante para contar…
¿Te interesa en general la novela histórica?
No tengo un gusto definido: puedo estar leyendo un mes novela histórica, al mes siguiente policiaca —de hecho mi segundo libro aborda la Camorra napolitana—, pero a lo mejor el tercero vuelvo de nuevo a la historia. Me interesa Auschwitz y muchísimos más temas de la historia, pero también me interesan muchísimos actuales. Con lo único que creo que no me atrevería es con la fantasía, porque creo que para inventarme un mundo… o el gore, o de zombis y tal… no valdría. Me parece muy difícil, y de hecho lo valoro muchísimo.
¿Crees que de alguna forma en tu estilo te marca ser de Vallecas?
Pues, en primer lugar, la editorial [Éride] es de Vallecas, lo que ya es un punto a favor. Pero yo no creo que la gente de Vallecas escriba diferente, lo que sí creo es que a mí me ha inspirado el barrio. Tal vez no tanto en Sangre y corazón, porque me traslado a otra época y lugar, pero sí en la segunda. De hecho en la segunda hay una parte que transcurre aquí. Se escribe mejor sobre lo que se conoce, y al situar a mi personaje femenino, me dije que dónde mejor que en Vallecas. Además, tenemos unas vistas espectaculares, por ejemplo en el “parque de las siete tetas”. Yo creo que es la mejor vista de Madrid, y no aparece en ningún plano de turistas…
Háblanos de esta segunda novela…
Latidos de una bala presenta a una protagonista —Berta, madrileña— que va con unas amigas a Nápoles de vacaciones para practicar su italiano. Allí conoce a un chico que se llama Romeo Leone, y se ve, sin quererlo, envuelta en todo ese mundo de la Camorra napolitana. Tiene más toques de misterio; creo que es un libro más masculino… Aparte del amor, que es femenino, tiene más tintes policiacos, de pistoleros, de persecuciones… Y también tiene una parte muy interesante, la que pretende mostrar por qué se meten en la Camorra, cómo se meten, todo lo que ocurre allí dentro, la cúpula, toda la corrupción que les rodea…
¿Cómo es tu “momento creativo”? De momento veo que eres prolífica…
Por ahora no he tenido el “síndrome de la página en blanco”, y cruzo los dedos… Suelo llevar una libretita en blanco en el bolso, porque mientras camino voy siempre pensando, con mi música, como en mi mundo. Entonces a veces me viene una idea, y voy corriendo a apuntarla. Luego, suelo estructurarla un poco para darle forma. Normalmente me pongo música que me inspire en cada momento —me suelo poner bandas sonoras de películas—, y debo de parecer un poco una loca, porque me levanto para escenificar algunas escenas, para ver si quedan bien. Cuando estaba con la primera novela, mi vecino de enfrente, que vivimos ventana con ventana, me veía ahí de pie, luego me veía llorar, y así… y yo notaba que el hombre, cuando después coincidíamos en el pasillo, me saludaba como diciendo: “esta chica es un poquito rara”… Y ya cuando saqué el libro, se lo llevé y le dije: “oye, no pienses que me estaba pasando nada… Es que lo tenía que escenificar para ver si lo que estaba describiendo podía pasar en la realidad, y tenía que hacerlo conmigo mismo, pues no tengo nadie más con quien escenificar”.
O sea que tienes muy en cuenta la escenificación, como si fuera teatro o un guión cinematográfico…
Sí, es que también hago guiones, entonces es algo que tengo muy en cuenta… Hay determinadas cosas que no puedo “ensayar”, por ejemplo determinadas torturas… pero si quería poner algo, quería probar a ver si era realista y resultaba creíble. También, yo escribo sobre la realidad, no escribo fantasía, entonces no quiero que los lectores se queden con la sensación de “menuda fantasmada nos ha contado esta chica”.
Para terminar, ¿quieres enviar algún mensaje a nuestros lectores?
Que me den la oportunidad, que no se conoce a un escritor hasta que no se le lee… Yo los libros me los trabajo mucho, pongo toda mi ilusión, mi empeño y todo el resto en ellos… Y espero que, si se los leen, les gusten.