ISABEL BELDAD
El día 20 de octubre tuvo lugar la segunda edición del Paseo Homenaje a la ‘Escuela de Vallecas’, una caminata organizada por la Mesa de Cultura y Deporte de Villa de Vallecas a la que también nos sumamos muchas otras personas que pudimos conocer de cerca la historia y los principios estéticos de esta Escuela no demasiado reconocida por la Historia del Arte y la Literatura.
Los primeros en sentar las bases de esta corriente artística surrealista llamada ‘Escuela de Vallecas’ fueron el escultor Alberto Sánchez y el pintor Benjamín Palencia. Ellos sentaron las bases de esta nueva cosmovisión poética-plástica a la que se vincularán después otra serie de artistas como Maruja Mallo, el poeta Miguel Hernández y algunos de sus coetáneos de la Generación del 27 como Federico García Lorca. Esta nueva visión colectiva del arte, se basaba en el apego a las formas de la naturaleza de la tierra castellana, lo que les llevaba a buscar en sus caminatas esa inspiración por los confines de la ciudad, para terminar en el campo.
Aquellas caminatas, casi diarias, comenzaban en el Café de Oriente de Atocha, donde tenían lugar sus tertulias, y desde ahí paseaban junto a las vías del tren hasta llegar al extrarradio de la ciudad, rumbo al pueblo de Vallecas, donde travesaban sus campos de trigo olivares, viñas y caminos aledaños para poder llegar al cerro Almodóvar. Este cerro, bautizado como «Cerro Testigo» era el final de esos paseos. Un cerro cargado de simbolismo para este grupo de artistas, pues era allí donde juntos se proponían crear «un arte nuevo que busca la vida» y desde el que querían que partiese la «nueva visión del arte español».
Este paseo —que lleva organizándose dos años consecutivos, y así seguirá año tras año mientras las ganas acompañen— sirvió no solo para rendir homenaje a estos artistas y poetas, también para hacer una lectura crítica del diseño urbano en las periferias y sus múltiples barreras para el paseo. Sirvió también para recuperar la memoria de estos caminos; aquel pueblo de Vallecas de los años treinta por el que caminaban Alberto Sánchez, Maruja Mallo, Benjamín Palencia… Por entonces, un pueblo de campos de labor, fuentes, cerros y muchos lugares arraigados a su historia.
1. Escenario de partida y lugar de encuentro: Museo Reina Sofía, al lado de la escultura «El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella» de Alberto Sánchez, uno de los principales protagonistas de esta Escuela. Antes de ponernos en marcha, el reconocido actor Carlos Olalla lee unos escritos sobre Alberto y Benjamín. También de Carmen Portacelli, directora de Teatro Español, lee un texto sobre Maruja Mallo. También se recita un poema de Rafael Alberti sobre Alberto Sánchez titulado «Algo sobre mi amistad con Alberto y su obra».
1.1 Primer escenario: Café de Oriente. En lo que ahora es una cadena de comida rápida se encontraba el Café que alojaba largas tertulias y de donde partían todos estos artistas que iniciaron las marchas poético-plásticas a Vallecas.
2. Segundo escenario: Junto a la escultura de Miguel Hernández en Vallecas. Introducción, por parte de los organizadores, a la marcha. Lectura de distintos textos para vincular la Poética de Vallecas con escritores, especialmente, con Miguel Hernández, máximo representante de esta estética. Lectura de Carlos Olalla del texto de Miguel Hernández “Alberto el Vehemente” sobre la imponente figura del escultor toledano. Lectura del poema “Me llaman barro” de Miguel Hernández por parte de Carmen Ferri, del Club de Poesía ViVa.
3. Tercer escenario: Arboleda. Exposición de la arqueóloga Ana Pardo sobre los usos históricos de este espacio ubicado en el campus de la Politécnica.
4. Cuarto escenario: Fuente Carrantona. Se reivindica la necesidad de recuperar los espacios a los peatones para tener una ciudad más transitable y menos agresiva.
5. Quinto escenario: Parque forestal de Valdebernardo. Asistimos a una maravillosa teatralización de la vida de Maruja Mallo interpretada por Anabel Alonso, entre otras lecturas, música, y un momento de descanso para todos los «caminantes» en el pinar.
6. Sexto escenario: Cerro Almodóvar. Después de cierto esfuerzo llegamos a este cerro con tanta carga simbólica para esta Escuela. Desde ahí pudimos apreciar también sus maravillosas vista. Aquí tuvo lugar una pequeña acción plástica en la que todos los asistentes pusimos pájaros de barro en una escultura-nido. También se leyeron poemas, se habló de las características geológicas del cerro y finalizamos la jornada con un muy buen sabor de boca, nuevos saberes y, sobre todo, ganas de una próxima.