EDITORIAL.
Tras el período estival, de nuevo nos encontramos frente al inicio de curso, al inicio de las actividades, de la cotidianidad. Tenemos por delante todo un curso. Podemos preguntarnos: ¿qué queremos hacer de él?
Pareciera que este curso será algo diferente a otros. Venimos de un cambio importante en el ayuntamiento de Madrid y en las juntas municipales. De ello nos cuenta Paco Pérez (concejal presidente de ambos distritos) en el dossier sobre los cien primeros días, refi riéndose tanto a lo hecho como a lo que se realizará en los próximos meses. Entre todo ello podemos destacar, por su transcendencia, los llamados “Estados Generales de Vallecas”; un espacio, un momento, con el objetivo de realizar de manera participativa un diagnóstico y un plan a cuatro años para ambos distritos, dando el protagonismo a los diferentes actores sociales: grupos políticos, entidades sociales y vecinales, técnicos de las juntas municipales…
Respecto a estas últimas, tanto en las nuestras como en el resto de distritos de Madrid, a partir de octubre que se realice el primer pleno, nos encontraremos con una novedad importante. Los nueve vocales vecinales que representen a Ahora Madrid habrán salido de unas elecciones que se realizarán los días 27 y 28 de septiembre y en las que podrán votar todos los vecinos (incluidos los migrantes aunque no tengan papeles). Para ello se establecerán mesas con urnas en diferentes
puntos de los distritos.
Aprovechemos todas estas oportunidades que se están abriendo, aprovechemos este inicio de curso en el que desde las juntas municipales salen otros aires, para dejarnos contagiar por ello y acompañémosles. Cada uno de nosotros, con nuestros vecinos, con nuestra gente, construya- mos espacios de encuentro, de intercambio, de consenso en nuestros barrios, en los que trabajar con nosotros mismos y con los más próximos en el empeño de hacer aquello que realmente nos lle-
na, aquello que nos gusta de verdad.
Ésta será la mayor garantía de que este nuevo momento que se ha abierto no solo no tenga marcha atrás, sino que se vaya ensanchando hasta ir abrazando a aquellos que todavía no lo ven, que todavía no lo creen. Es la necesaria rebelión conjunta contra la fatalidad la que hace posible ir imaginando un nuevo futuro para todos y el empeño por construir un nuevo presente.
Hemos de trabajar bien, con alegría y con fi rmeza hasta llegar a la profunda convicción de que “ya nada podrá detenernos”. De esa manera, y sucediendo esto mismo en otros muchos lugares, es que podremos llegar en muy pocos meses a vislumbrar “increíbles nuevos escenarios políticos”.