La cara amarga de la ambición y de la amistad

American Buffalo. Texto: David Mamet. Traducción: Borja Ortiz de Gondra. Dirección: Ignasi Vidal. Reparto: Israel Elejalde, David Lorente y Roberto Hoyo. Escenografía y utillería: David Pizarro y Roberto del Campo. Iluminación y sonido: Felipe Ramos. Teatro Fernán Gómez, hasta el 26 de octubre.

Los tres protagonistas de la función. Foto: Teatro Fernán Gómez/Showprime

Por Pedro Lorenzo

La dirección de Ignasi Vidal presenta esta obra en clave de tragicomedia ácida, confiando en la fuerza interpretativa de tres actores en estado de gracia: David Lorente, Israel Elejalde y Roberto Hoyo. La trama es sencilla, pero de una gran carga simbólica: Don (David Lorente), dueño de una tienda de trastos de escaso valor, y sus dos inseparables compañeros, Teach (Israel Elejalde), un resentido perpetuamente enfadado, y Bob (Roberto Hoyo), joven aprendiz con problemas de adicción y ternura a flor de piel, proyectan dar un golpe para recuperar una moneda de cinco centavos que Don vendió por 90 dólares. La obsesión por esa pieza sirve de detonante para desplegar una historia sobre la ambición, la frustración y la traición, con diálogos que combinan lo hilarante y lo absurdo con una crudeza muy reconocible en el teatro de Mamet.

El texto se apoya en una tensión de un diálogo constante. Lo que no se dice resulta más revelador que lo que se pronuncia: los silencios, las pausas y la violencia soterrada construyen un retrato psicológico donde la precariedad material se convierte en precariedad existencial. Esta es, en definitiva, una parábola sobre el fracaso del sueño americano y la degradación del capitalismo, que encuentra resonancias directas en nuestro presente.

Si bien el montaje carece de la cierta atmósfera de intriga que cabría esperar, aquí lo importante es la energía de los actores. Lorente compone un Don contenido y vulnerable; Elejalde arrasa con su rabia y sarcasmo; y Hoyo aporta una inocencia trágica que equilibra la dureza de sus compañeros. El resultado es un espectáculo vibrante, con ritmo de blues en su cadencia bronca y un pulso dramático que apenas concede tregua.

‘American Buffalo’ confirma, 50 años después, la vigencia de Mamet y su capacidad de mostrar, con humor ácido y crudeza, la cara amarga de la ambición y la amistad. Un montaje recomendable, sostenido por la potencia actoral y por la honestidad de una dirección que prioriza la palabra fiel al texto. ¡Puro teatro!

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